SUCESO | ASTORGA

El "desafortunado" consejo que condujo a Denise a la muerte

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photo_camera Denise Pikka Thiem en una fotografía de archivo.

Javier Pombo de la Serna le aconsejó que visitara Castrillo de los Polvazares. La estadounidense siguió el consejo y llegó a la casa de su asesino

Denise Pikka Thiem encontró la muerte a manos de un vecino de la localidad Castrillo de los Polvazares, una pintoresca localidad de la comarca leonesa de La Maragatería. Un "desafortunado" consejo la guió hasta su final.

La asesinó Miguel Ángel Muñoz Blas, de 41 años, que ha sido declarado culpable del crimen por un jurado popular después de tres semanas de juicio en la Audiencia Provincial de León.

De nacionalidad estadounidense aunque de origen chino, soltera y sin hijos, Denise tenía 41 años cuando fue asesinada y había viajado a España en marzo de 2015 para realizar el Camino de Santiago "impresionada" por la película "The way" sobre la Ruta Jacobea que dirigieron sus compatriotas Martin Sheen y Emilio Estévez.

Haciendo el Camino conoció el 27 de marzo de ese año a Javier Pombo de la Serna, un piloto madrileño bisnieto de la escritora Concha Espina, que inmortalizó la comarca en su novela "La esfinge maragata".

El propio Pombo declaró en el juicio que le dijo a la peregrina que no podía abandonar León sin conocer Castrillo de los Polvazares, un pueblo del que se confesó "enamorado" desde hace muchos años.

Pombo habla inglés con soltura y hacía el Camino con su hija y tres sobrinos, lo que propició que la peregrina estadounidense se acercara a ellos al sentirse segura por la presencia de los menores.

Ante el tribunal, Pombo se mostró compungido al recordar que el "desafortunado" consejo que le dio llevó a la muerte a Denise, a la que definió como una mujer "increíble" que "sentía curiosidad por todo".

Dos años después

Un aciago 5 de abril de 2015, justo hace hoy dos años, Denise se desvió de la Ruta Jacobea y fue a parar a las inmediaciones de la vivienda de Muñoz Blas, donde éste la abordó, la golpeó con un palo hasta la muerte y le cortó las manos para borrar huellas antes de enterrar el cuerpo.

Lo relató él mismo durante la reconstrucción del crimen el 14 de septiembre de 2015, tres días después de ser detenido en Grandas de Salime, localidad del suroccidente asturiano, aunque meses después se desdijo y afirmó que se lo había inventado todo por la presión policial a la que fue sometido.

Desde que el hermano de Denise viajó a España para denunciar su desaparición, Muñoz Blas se convirtió en el principal sospechoso y fue sometido a una estrecha vigilancia a la espera que diera un paso en falso que permitiera su detención con pruebas.

En su contra pesaba que otras dos peregrinas habían denunciado agresiones en las inmediaciones de su casa, a la que llegaban siguiendo unas falsas flechas indicadoras del Camino de Santiago que supuestamente Muñoz Blas colocaba.

Incluso llegó a estar detenido durante unas horas tras la denuncia presentada por un peregrina alemana, pero ésta no pudo identificar a su agresor porque actuó encapuchado y el caso fue sobreseído.

Robo de dinero, clave en el fallo

La prueba definitiva contra Muñoz Blas llegó a principios de septiembre, cuando la Policía tuvo conocimiento de que poco después de la desaparición de la peregrina había cambiado 1.132 dólares en un entidad financiera de Astorga que supuestamente había robado a Denise.

Esa prueba y el hecho de que se ausentara de su vivienda dispararon todas las alarmas y fue detenido pocos días después cuando fue localizado en Asturias gracias a la operación bancaria.

La última persona que vio con vida a Denise fue un peregrino italiano, Giorgio Candoni, ya que ambos pernoctaron en el mismo lugar, el albergue San Javier, y al día siguiente fueron vistos por una pareja de peregrinas alemanas que mantuvieron una conversación con ambos en una terraza cercana a la catedral de Astorga.

Aunque Denise nunca llegó a Santiago, su madre pidió a una buena amiga de la familia que leyera un mensaje en una homilía celebrada en la catedral de Santiago en su honor, lo que hizo el 16 de septiembre de 2016.

En el texto, su madre imploraba que ojalá Denise le perdonase por no "haberla protegido" como cuando era niña.

Ese día se le entregó un diploma a la familia que rezaba "en memoria de Denise, peregrina de Arizona (EEUU), cuyo deseo fue viajar a la sepultura del Apóstol y que no pudo cumplirlo", razón por la cual se encomienda que pueda disfrutar de la "vida eterna junto a los santos" y que las personas que la amaron, y que la aman, "encuentren consuelo y paz".

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