Detenida una familia acusada de regentar 'casas de citas' en las que se esclavizada a mujeres asiáticas 24 horas al día

Agentes de la Policía Nacional han detenido a cuatro personas, todas ellas miembros de una misma familia, que regentaban varias 'casas de citas' en las que se esclavizaba sexualmente a mujeres asiáticas 24 horas al día. El responsable del grupo, -un varón acusado de tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, favorecimiento de la inmigración ilegal y delitos contra los derechos de los trabajadores y relativos a la prostitución-, poseía tres viviendas dos en Sevilla y una en Pamplona.
Según ha informado el Ministerio del Interior, las mujeres eran convertidas en auténticas esclavas sexuales, debiendo estar disponibles 24 horas al día para responder a las demandas de los clientes, incluso poniendo en peligro su salud al ofrecer, por 10 euros más, los servicios sexuales sin profiláctico.

Entre los arrestados, todos ellos de nacionalidad china, se encuentra el cabecilla de la organización; su pareja sentimental, encargada de controlar a las chicas, gestionar la recaudación y atender a los clientes; la hermana de éste, con las mismas funciones de 'mami' pero en la casa de Pamplona; y su hijo -responsable de insertar anuncios ofreciendo los servicios de las mujeres en prensa-.

Las mujeres eran forzadas para saldar la deuda contraída con los ahora detenidos quienes les facilitaron los billetes de avión y la documentación necesaria para el cruce de fronteras. Tenían coartada su libertad de movimiento, debiendo rendir cuentas antes, durante y después de cada servicio prestado, teniendo directrices tasadas que cumplir.


TRATADAS COMO MERCANCÍA CON BUENOS BENEFICIOS
El grupo se quedaba con más del 50% de lo recaudado por las mujeres que, según Interior, eran captadas en sus países de origen, donde vivían en situaciones precarias, o en España, donde residían en situación irregular. Las mujeres eran explotadas y trasladadas de unos domicilios a otros, como pura mercancía, estando siempre vigiladas por la mujer del cabecilla o su hermana.

La investigación comenzó a mediados de 2010 al detectar un domicilio en la capital sevillana donde se ejercía la prostitución. Los agentes encontraron conexiones con otra vivienda también ubicada en Sevilla y una tercera casa localizada en Pamplona además, todas ellas disponían de cámaras de vigilancia clandestinas para observar a las personas que se acercaban a los inmuebles e intentar así anticiparse a cualquier actuación policial.

En los registros de las tres viviendas se han intervenido 3.925 euros en efectivo; justificantes de ingresos y transferencias bancarias que superan los 200.000 euros; dieciséis teléfonos móviles; diversos equipos informáticos; una cámara de video que contenía fotografías eróticas de otras supuestas víctimas, y numerosa documentación que acredita el lucro y el férreo control al que eran sometidas las víctimas.

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