'El Gobierno más antisocial de toda la democracia'. Así calificó el PP al actual Ejecutivo socialista, unas palabras que 'dolieron' a Zapatero, que insiste en defender sus 'medidas sociales'.

Donde más duele a Zapatero

Como un resumen de todas las anteriores ha pasado la última sesión de control del año en el Congreso, donde el PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, volvió a atacar al Gobierno tratando de hacer blanco en sus flancos más débiles, y ayer, muy especialmente, en el recorte de sus políticas sociales.
Para su último 'cara a cara' con José Luis Rodríguez Zapatero, el líder del PP decidió acometerle donde más le duele, preguntando si piensa abordar 'más recortes sociales', cuestión a la que el presidente respondió sin contestar, puesto que dedicó todo su tiempo a defenderse. Rajoy le echó en cara que haya suprimido la deducción de 400 euros del IRPF, que haya bajado el sueldo a los funcionarios y también que haya eliminado el cheque-bebé y congelado las pensiones; esto es, que sea autor del 'mayor recorte social de la democracia'. Con este panorama, invocó el derecho que los ciudadanos tienen a saber si sufrirán o no más recortes.

Pero también asiste al presidente el derecho de defensa, que ejerció con ahínco al exhibir los logros de seis años largos de una política que describió como 'socialdemócrata y progresista' y que, según él, mantiene 'en lo esencial' su vocación social. Como el jefe de la oposición sacó su lista de agravios, Zapatero le invitó a hacer 'la lista de la verdad', la cual contiene aquellas medidas sociales que se deben a los socialistas.


MÁS BECAS

Zapatero citó el aumento de las becas a estudiantes, la inversión en sanidad, la subida de las pensiones mínimas o la ley de dependencia, medidas que han supuesto elevar en un 40 por ciento la política social. 'Nada de improvisación; coherencia y avances en políticas sociales aún con las dificultades', concluyó Zapatero.

Era la única pregunta que ayer tenía en la sesión, pero el presidente permaneció todavía un buen rato en su escaño. Desde allí vio cómo la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, siguió la misma estrategia que Rajoy, pero con sus invectivas dirigidas al vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba. Y lo hizo de tal manera que su intervención incomodó a los socialistas, cuando acusó al Gobierno de ser el 'más antisocial' de toda la democracia o cuando dijo que al PSOE sólo le queda como única alternativa un 'político sin principios', esto es, Rubalcaba.

Sáenz de Santamaría amplió sus golpes a todo el Gabinete, mirando abiertamente al banco azul, al afirmar que hay ministros que creían obligado mantener la prestación extraordinaria de 426 euros a los parados y dirigentes socialistas que ven 'repugnante' su supresión. Y su frase redonda, para su también último 'cara a cara' de 2010: 'La salida social a la crisis será la salida de los socialistas de La Moncloa'.

Como respuesta, el vicepresidente primero completó con más datos la defensa que antes había hecho Zapatero de la gestión de su Gobierno, al confrontar sus 180.000 millones de euros de gasto social con los 70.000 de los gobiernos de José María Aznar. Pero introdujo un factor nuevo, o mejor dos, en forma de presidentes autonómicos del PP, la madrileña Esperanza Aguirre y el valenciano Francisco Camps, que según Rubalcaba 'retratan' a los 'populare's en lo que a políticas antisociales se refiere.


'CASO FAISÁN'

Pérez Rubalcaba, en su condición de ministro del Interior, tuvo que responder a más preguntas del PP, una de Ignacio Gil Lázaro, que volvió a la carga con el 'caso Faisán', generando sonrisas, y hasta alguna carcajada, en los escaños del PSOE y aledaños, y todo por su incansable insistencia en plantear este asunto. Para que nadie se engañe, y siendo ayer el último pleno de control, Gil Lázaro anunció solemne a Rubalcaba: 'Reafirmo mi compromiso con la verdad y le digo, señor ministro: hasta el próximo período de sesiones'. Así que el año podrá acabar, pero no así el faisán.

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