ENTREVISTA EN LA REGIÓN INTERNACIONAL

Elena Ramos: "En Tanzania todo el mundo pone facilidades para solucionar problemas"

La madrileña Elena Ramos no se lo pensó dos veces: era el momento de emprender un nuevo reto como voluntaria en Tanzania.

Cuando el museo de ciencia en el que trabajaba cerró, la madrileña Elena Ramos no se lo pensó dos veces: era el momento de emprender un nuevo reto como voluntaria en Tanzania. Desde aquella experiencia, que iba a durar un mes, hasta hoy, han pasado ya unos cuantos meses.... ¡Y Elena se quedó allí para buscar un trabajo! Hoy es la directora de un colegio, Blue Sky School, en una zona de muy pocos recursos al Norte de Tanzania, en Arusha.

¿Por qué decidiste moverte a Tanzania?

Mi situación en España era difícil, lo ideal en un principio para mí hubiera sido encontrar un trabajo en España, pero la situación no mejoraba y, dada mi buena experiencia como voluntaria, decidí buscar también trabajo fuera. Con respecto al voluntariado, elegí Tanzania después de buscar en muchos países: se adaptaba mejor a lo que yo estaba buscando y los proyectos de voluntariado me interesaban más. 

Elena... ¿Cómo es el país? ¿Qué te sorprendió más al llegar?

​El choque cultural que encuentras al principio es innegable. Por eso yo les digo siempre a los voluntarios que vengan con la mente muy abierta. Conoces, de repente, muchas situaciones de miseria, historias muy duras y mucha gente a la que te gustaría ayudar. Pero no puedes con todo, por eso es necesario no frustrarse y trabajar poco a poco intentando mejorar las condiciones de un país como este. Los tanzanos te reciben con los brazos abiertos y solo encuentras amabilidad y cariño, por eso es tan fácil quedarse aquí. Lo que más valoro es la tranquilidad: no hay estrés y todo el mundo pone facilidades para solucionar problemas.

¿Cuál es tu trabajo actual?

Soy la directora de un colegio (Blue Sky School) en una zona de muy pocos recursos en el Norte de Tanzania. El proyecto lo empezó una ONG local, Tahude Foundation. Yo me encargo de dirigirlo y buscar padrinos para los niños que, si no, estarían en la calle. También gestiono las redes sociales, los voluntarios…

Háblanos de Blue Sky School, el colegio que diriges...

Blue Sky School es un colegio nuevo, “English Medium” (hablamos todo el día en inglés). Tenemos tres clases de momento y queremos seguir creciendo, al menos, una clase por año. Muchos de nuestros alumnos no habían ido al colegio nunca, a pesar de tener ocho o nueve años. La zona donde se encuentra (Nambala, Arusha) es una zona con familias con muchos problemas, así que tenemos un programa de apadrinamiento para evitar que esos niños estén en la calle sin acceso a una educación. Es un proyecto muy bonito, yo soy la única extranjera (el resto del equipo es tanzano) y pretendemos seguir ayudando a la comunidad durante mucho tiempo.

¿Cómo es la experiencia de dar clase tan lejos de tu país?

Bueno, yo en pocas ocasiones doy clase, mi trabajo es diferente. Desde luego la manera de enseñar es muy diferente aquí y hasta los niños se sorprenden cuando aplicas otras técnicas a las que están acostumbrados... Incluso en muchos colegios públicos no se enseña igual a niños y a niñas. Al final y con mucho esfuerzo consigues cambiar ciertos “vicios” pero, si lo piensas, son ellos los que te enseñan a ti.

¿Qué le pedirías a quienes nos leen? ¿Cómo podemos ayudar?

Bajo mi punto de vista es muy importante que el proyecto se conozca, se difunda. Necesitamos padrinos para los niños, voluntarios que vengan a echar una mano, ayuda con donaciones (en breve empezaremos una campaña de crowdfunding)... Si la gente puede difundir nuestra idea es fácil empezar a encontrar ayuda para estos niños. Yo animo a que la gente se embarque en este tipo de experiencias al menos una vez en la vida: te cambia los esquemas y te ayuda a relativizar algunas cosas que creías que eran importantes.

 

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