Miles de jóvenes abarrotaron la más céntrica plaza madrileña entonando lemas como 'No pasarán' o 'No nos vamos'

Los 'indignados' desafiaron el veto oficial y llenaron la Puerta del Sol

Aspecto que presentaba la Puerta del Sol a última hora de la tarde de ayer, pese a la prohibición de la Junta Electoral. (Foto: J.J. GUILLÉN)
Las personas concentradas en la Puerta del Sol de Madrid, dentro del autodenominado movimiento 'Acampada de Sol', desafiaron ayer la prohibición de la Junta Electoral de Madrid y colapsaban la emblemática plaza madrileña a la hora en la que estaba convocada la concentración finalmente desautorizada. Los 'indignados' continuaron en la plaza del kilómetro cero a pesar de que la concentración convocada a las 20,00 horas por 'Acampada de Sol' había sido previamente desautorizada porque, según la resolución de la Junta Electoral de Madrid, podía afectar a la campaña y a la libertad de los ciudadanos al ejercicio de voto.
Cuando el reloj de la Puerta del Sol marcaba las 20,00 horas, los manifestantes iniciaron un aplauso que se prolongó durante varios minutos, intercalándolo con gritos como 'No nos vamos'. Una hora antes de la concentración, a las 19,00 horas, la Puerta del Sol ya estaba abarrotada y se coreaban lemas como 'No pasarán', 'No pasa nada, la plaza está ganada', 'Que no, que no, que no nos representan' o 'Lo llaman democracia y no lo es'.

Desde esa hora fue aumentando el número de personas que trataba de acceder a la emblemática plaza madrileña, a pesar de que agentes del Cuerpo Nacional de Policía pusieron en marcha horas antes un dispositivo para controlar los accesos a la misma. Uno de los portavoces se dirigió a los jóvenes congregados para pedirles que permanezcan unidos y que se abstuviesen de provocar a las Fuerzas de Seguridad.

Desde la Jefatura Superior de Policía de Madrid explicaron que la megafonía del Metro de Madrid advertía a los usuarios de este medio de transporte de que no acudiesen a la concentración por haber sido prohibida por la Junta Electoral.


CACEROLADA EN BARCELONA

Barcelona no tenía el veto de la Junta Electoral, que permitió que unos 700 ciudadanos se reuniesen en Plaza Cataluña para vertebrar propuestas a favor de un nuevo sistema político, financiero y de justicia social. La protesta culminó con una 'cacerolada' y una asamblea para acordar futuras acciones a llevar a cabo. a Federación Catalana de ONG's para el Desarrollo había instalado un 'indignómetro' en la plaza para medir el grado de indignación hacia los recortes en políticas sociales, que animaba a los ciudadanos a escribir el motivo de su enfado en carteles adyacentes en forma de termómetro.

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