ENTREVISTA - SEGURIDAD

El jefe de la Guardia Civil de Tráfico: "Aún hay margen para mejorar al volante"

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photo_camera Ramón Rueda en su despacho.

Ramón Rueda tiene bajo sus órdenes a más de 9.000 personas que patrullan las diferentes carreteras españolas

Dirige la "infantería" de la seguridad vial y a más de 9.000 hombres que cada día patrullan las carreteras españolas. Es el general jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Ramón Rueda, que desde su experiencia y la de sus agentes asegura que en España "aún hay mucho margen de mejora al volante".

En una entrevista con Efe en el inicio de las vacaciones de Semana Santa, el general lamenta el repunte que se ha producido en la siniestralidad vial y pide a toda la sociedad que contribuya con "su granito de arena" a reducir estas tragedias, un objetivo prioritario también para su unidad de vigilancia policial.

Rueda cree que el conductor español "tiene todavía mucho margen de mejora" al volante. Y no solo en el caso de las distracciones, que son una de las causas mayores de la accidentalidad, sino en la propia conducción.

Porque no solo hay que saber manejar los mandos del vehículo, sino anticiparse a las situaciones de riesgo, preverlas antes de "vernos abocados" al accidente, añade Rueda, quien desde su opinión personal, no vería mal un reciclaje de los conductores toda vez que muchas veces se desconocen las nuevas normas y las propias tecnologías del coche.

Apuesta el general por la presencia de los agentes en las carreteras, el "primer escalón de la seguridad vial", y deja claro que dentro de la Guardia Civil quieren seguir siendo una unidad preventiva y no reactiva.

Tras insistir en que la presencia policial en las vías es "fundamental" y en que "el mejor accidente es el que no hay que investigar porque no se produce", Rueda explica que su unidad ha perdido 1.300 agentes por la crisis y la falta de reposición, como les ha ocurrido a otras fuerzas de seguridad y unidades.

Y con esos "mimbres", el general tiene claro que sus agentes trabajan para que la seguridad sea mayor en las vías y para que se les vea en ellas el mayor tiempo posible.

Igual que tiene claro que la presencia de los guardias es "disuasoria". "No se trata de denunciar; la denuncia es el último recurso, es el fallo del sistema preventivo", apostilla.

Aunque los medios personales han descendido, la Agrupación cuenta con unos buenos medios materiales y solo queda pendiente la incorporación de chalecos antibalas para todos los agentes, si bien el general reconoce que no es la unidad que más los necesita.

"En la carretera es casi más peligrosa la propia inseguridad vial que la de otro tipo", dice Rueda antes de señalar que, en general, el conductor reacciona con preocupación cuando se le para y se muestra correcto, pero a veces son las personas que viajan con él las más polémicas. "Lo normal es mostrar cierta inquietud hasta que se les explica el motivo de haber sido parados", considera.

Cree que la sociedad sí valora el trabajo de la Guardia Civil de Tráfico, aunque entiende que puede ser "muy recurrente" entre los ciudadanos aludir a un afán por multar y recaudar que, sin embargo, no se corresponde con la realidad.

Una realidad que refleja además la prestación de auxilio de estos agentes. A más de 200.000 ascendieron los auxilios en 2017, una labor "inherente" a la Guardia Civil porque "está en su ADN".

Y como por la carretera "pasa todo", no son pocas las operaciones policiales que han culminado con éxito gracias a los datos aportados por los agentes de Tráfico. Porque una denuncia contiene mucha información y puede contribuir a encajar la pieza que falta para completar el puzzle de un caso, resalta Rueda.

Así, pone como ejemplo la localización hace años de un zulo de ETA gracias a una denuncia de tráfico a un vehículo, que permitió tirar del hilo y llegar hasta ese escondite.

Los agentes son los ojos y oídos de la carretera y, por eso, la Agrupación traslada a los responsables políticos de la seguridad lo que observan para contribuir en el diseño de medidas de mejora.

Preocupan a los agentes algunas cuestiones, como los obstáculos -arquetas, farolas, árboles, etc...- que en accidentes por salida de vía aumentan la gravedad de la lesión e, incluso, provocan la muerte. También ven necesario mejorar las infraestructuras para evitar que, bien por distracción o por otra causa, haya conductores que circulen por el sentido contrario.

"Si podemos conseguir que la gravedad de las lesiones se reduzca, que los muertos sean heridos graves, que éstos sean leves y que los leves sean ilesos, ya es un gran avance", enfatiza.

Rueda no duda de que los avances tecnológicos en los coches o en la vigilancia puede aportar muchos beneficios, pero "muchas cosas alguien las tiene que resolver in situ". "Al final es la infantería la que tiene que ir al terreno". 

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