Otro mando policial confirma que Pamies tenía un confidente en ETA aunque dice que a él no le avisó de la cita el día del soplo

El jefe del investigador ratifica que éste intentó destruir pruebas y ocultar el soplo

El que fuera jefe de la Unidad Central de Inteligencia (UCI), José Cabanillas, ha ratificado ante el tribunal que juzga el chivatazo a ETA del bar 'Faisán' la declaración ante el juez Pablo Ruz en la que señaló que el máximo responsable de la investigación sobre el aparato de extorsión de ETA, Carlos Germán, intentó destruir pruebas clave para las pesquisas. 'Yo fui al juez porque él no había ido anteriormente', ha dicho.
Cabanillas, que ha cerrado la ronda de interrogatorios matutina de la tercera sesión del juicio, reveló el 8 de febrero de 2011 al juez instructor que el jefe de los investigadores intentó borrar la conversación en la que el dueño del bar 'Faisán', Joseba Elosua, le reconocía a su cuñado, Carmelo Luquin, que había recibido un soplo de la policía.

'Le estuve diciendo los días anteriores que efectivamente fuera a denunciarlo y el último día, el lunes (8 de mayo, cuatro días después de la filtración), como no había ido, y esto ya lo dije en sede judicial, iba a ir yo. Él quiso venir conmigo al juzgado y yo le dije: conmigo no', ha relatado el jefe directo de Germán.

El testigo se ha ratificado en esta declaración y ha apuntado que, tras tener constancia del chivatazo, realizó un informe en el que había datos 'calcados' de la transcripción extraída de la baliza que se había instalado en el vehículo de Elosua.

Germán, por su parte, aseguró el lunes que tanto Cabanillas como el comisario general de Información, Telesforo Rubio, le dijeron que no informara al juez, en aquel momento Fernando Grande-Marlaska, porque ya lo harían ellos. 'Marlaska no sabía quién había hecho la filtración. Pero él sabía quién no había sido y entre otras personas estaba yo', apuntó.


'PAMIES TENÍA UN CONFIDENTE'

También ha declarado el entonces comisario jefe de la Unidad Central de Información Interior (UCII), quien ha confirmado que el exjefe superior de Policía en el País Vasco Enrique Pamies tenía 'un confidente' en la banda y que solía reunirse con él. 'Tenía un confidente y tenía citas aunque no recuerdo la cadencia porque mandaban las circunstancias', ha señalado.

Según ha explicado, cuando se producían estos encuentros, Pamies contactaba con él para que sus agentes le facilitaran 'cobertura en los traslados'. 'Hacíamos el traslado hasta el lugar y luego le llevábamos a España. Durante la entrevista estábamos al tanto y trabajábamos con los franceses', ha dicho.

Preguntado por si el 4 de mayo de 2006, día del chivatazo, Pamies tenía una cita con el confidente, ha aseguardo no recordar este extremo aunque ha dicho que en ocasiones hablaba con el jefe de la Brigada en Francia, Alberto León, quien ha señalado que 'por supuesto' que se iba a producir el encuentro, 'como en muchas otras ocasiones'.

El testigo, que actuaba como enlace entre la Comisaría General de Información y la División Nacional Antiterrorista (DNAT) francesa, también ha detallado que la operación contra el aparato de extorsión de ETA no se llevó a cabo porque la juez antiterrorista Laurence Levert dijo que no había 'indicios suficientes' contra los sospechosos. En este 'tira y afloja', como lo ha llamado, los franceses llegaron a quejarse del jefe español del equipo conjunto de investigación, Carlos Germán.

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