El magistrado gallego Cándido Conde-Pumpido, nuevo presidente del Tribunal Constitucional

Pumpido, nuevo presidente del TC. EFE
photo_camera Pumpido, nuevo presidente del TC. EFE
Con excepción de Balaguer, los progresistas han votado en bloque a favor del gallego Conde-Pumpido, que ejerció como juez en Carballiño en sus primeros años en la profesión, como nuevo presidente del Tribunal Constitucional

El Pleno del Tribunal Constitucional eligió este miércoles al magistrado gallego Cándido Conde-Pumpido como su nuevo presidente, tras superar en la votación a la también progresista María Luisa Balaguer por un estrecho resultado de 6 votos frente a 5. El coruñés Conde-Pumpido tiene un pasado vinculado a la provincia de Ourense, ya que ejerció como juez en Carballiño.

Fuentes del tribunal de garantías informaron del resultado de la votación en la que también se ha designado a la magistrada progresista Inmaculada Montalbán como vicepresidenta del órgano, lo que rompe la costumbre de que sea un magistrado del grupo minoritario, en este caso conservador, quien ocupe este lugar.

Con excepción de Balaguer, los progresistas han votado en bloque a favor de Conde-Pumpido, lo que confirma que María Luisa Segoviano, cuyo voto era crucial para decantar la balanza, se ha inclinado finalmente por el magistrado, que era el candidato nato de su grupo.

Es más, según las fuentes consultadas, algunas voces del grupo progresista han tratado hasta el último momento de consensuar un candidato único a la presidencia del órgano entre Balaguer y Conde-Pumpido, pero ninguno de ellos ha retirado su candidatura.

Dicha opción pasaba preferentemente por que María Luisa Balaguer diera un paso al lado, ya que Conde-Pumpido contaba con más apoyo por parte de los magistrados de este grupo. Sin embargo, la magistrada se veía con opciones hasta que diera comienzo el pleno.

Balaguer, en cambio, ha sumado a su voto los cuatro de los magistrados conservadores que han tenido muy en cuenta la cercanía de Conde-Pumpido con el PSOE tras ocho años como fiscal general durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno.

La presidencia es un puesto de suma importancia porque controla los tiempos de los asuntos a manejar que, en esta nueva etapa, abordará desde la eutanasia a la ley Celáa, la ley de la infancia o el ingreso mínimo vital, con el polémico recurso del aborto parado en el tribunal de garantías 12 años y aún sin fecha para resolverlo.

Conde-Pumpido tiene previsto modular su presidencia apostando por sacar del cajón los temas más controvertidos del Tribunal Constitucional para ponerlo al día porque entiende que el órgano no puede desentenderse de ellos y que es tarea del presidente apretar para, al menos, debatirlos en Pleno. Tiene dos años y medio por delante.

Junto a él estará Inmaculada Montalbán, cuya elección ha roto la tendencia del tribunal de los últimos mandatos de colocar a un magistrado del bloque minoritario en este puesto al superar por 6 votos a 5 al conservador Ricardo Enríquez.

Esta maniobra se interpreta como un mensaje de la nueva mayoría progresista al bloque conservador por haber apoyado a Balaguer fracturando así al grupo progresista que pretendía una candidatura única, lo que hubiera colocado casi con toda probabilidad a Enríquez en la Vicepresidencia. 

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