Una media de cinco migrantes murieron cada día tratando de llegar a España durante el primer semestre de 2022, lo que supone un total de 978 víctimas, según recoge el informe “Derechos a la vida” presentado ayer por el colectivo Caminando Fronteras. De esas casi mil víctimas, calcula la organización, 938 perdieron la vida en las rutas marítimas de acceso a España –la canaria, la del Estrecho, la del mar de Alborán y la argelina– y 40 murieron debido a la violencia policial en el intento de cruzar la valla de Melilla del pasado 24 de junio, 37 durante el salto y 3 en los días posteriores.
Del total de migrantes fallecidos en este semestre, 118 eran mujeres y 41 eran menores. No obstante, el 87,8 por ciento de las víctimas están desaparecidas, pues no se ha podido recuperar su cuerpo, y 18 embarcaciones han desaparecido con todas las personas que iban a bordo.
La ruta más mortífera ha sido la canaria (800 víctimas y 28 naufragios), seguida por la argelina (101 y 11), la del mar de Alborán (35 y 3) y la del Estrecho (2 y 2). Aunque las rutas del Estrecho, del Alborán y la argelina sean menos transitadas, el riesgo aumenta debido a la omisión del deber de socorro de las autoridades, según denuncia el informe.
“Los medios de rescate no se activan, o se hacen muy tarde en lo que concierne a las embarcaciones alertadas. Esto sucede sobre todo en Alborán, Baleares y en los rescates de la zona Atlántica coordinados por Marruecos”, subraya. Entre las negligencias, alerta de que no se despliegan los medios de búsqueda con suficiente celeridad a pesar de tener la posición de las embarcaciones, ni los medios aéreos cuando hay personas en el agua.