La voz de la mujeres rurales apenas llega a los espacios de poder, por eso ha sido tan importante la jornada que se celebró el pasado jueves en el Senado bajo el título "Más mujeres: Rompiendo techos, Mundo Rural y Despoblación". En ella participaba Teresa López, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), quien alertó sobre la situación de este colectivo en la España vaciada. Una discriminación que sufren en cuanto a oportunidades laborales, pero también en cuanto al acceso a servicios e incluso en la violencia doméstica.
Teresa López explicó que las mujeres del rural sufren una de las tasas de desempleo más altas, aunque resultaba imposible acceder a estadísticas actualizadas, en otra muestra más "de la invisibilidad a la que está sometida nuestro colectivo”.
Detrás de la baja integración laboral de las mujeres de los pueblos están las escasas oportunidades de trabajo en el mundo rural, que se acentúan en el caso de las mujeres. “En los pueblos los techos de cristal son más bajos. Además, las mujeres estamos más limitadas a trabajar en ciertos sectores, sobre todo aquellos relacionados con los cuidados”, explicó Teresa López.
La invisibilidad también se manifiesta en los negocios familiares. La presidenta de Fademur ponía el ejemplo de los trabajos en el campo, donde resultaba demasiado frecuente que las mujeres trabajasen de manera invisible en las explotaciones familiares. “El trabajo invisible de las mujeres en el campo impulsó la Ley de Titularidad Compartida para sacarlo a la luz. Sin embargo, desde que la conseguimos en 2011, muchas Comunidades Autónomas no han facilitado que tomase el impulso que debería”, revela López.
Emprender como salida
Por todo ello, muchas mujeres rurales ven en el emprendimiento de su propio negocio la única vía para tener trabajo sin abandonar su pueblo. “Las emprendedoras rurales son uno de los valores más importantes de nuestra sociedad”, alababa la presidenta de Fademur. “Si su ilusión y fuerza flaqueasen, si migrasen al entorno urbano en busca de un trabajo, sus pueblos caerían en la espiral de masculinización y envejecimiento que llevan al despoblamiento”, advirtió.
No obstante, desde la organización advierten de la falta de incentivos para emprender en un pueblo. “Además de la falta de ayudas, y de los problemas para acceder a financiación, estas emprendedoras también tienen que enfrentarse a una burocracia excesiva e incomprensiva”, dice López. “Está pensada desde la ciudad para la ciudad y no se adapta a la realidad rural”.
Finalmente, la presidenta de Fademur alertó sobre la violencia de género, explicando que de los 16 mujeres fallecidas este año, 9 y dos niños, fueron asesinados en municipios de menos de 20.000 habitantes.
