Desde Madrid se intensificaron durante la semana los gestos de rechazo
El Gobierno redobló la pasada semana mensajes y gestos de rechazo a las aspiraciones soberanistas del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y, aunque escéptico ante los pasos que va a seguir dando, considera que a él le corresponde buscar una salida y "mover ficha, pero la correcta".
La respuesta del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ante el pleno del Senado a una pregunta del portavoz de CiU en la Cámara, Josep Lluis Cleríes, y las visitas a Barcelona del jefe del Ejecutivo y de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, dejaron patente que junto a ese no a Mas, no se va a renunciar a evidenciar la apuesta por Cataluña y por los catalanes.
Rajoy no ha variado el discurso que ha venido expresando desde que Mas anunció su pretensión de convocar para el 9 de noviembre una consulta soberanista. Un discurso que consideran fuentes del Gobierno que dejó bien claro "donde debía hacerlo", en el pleno del Congreso y durante el debate de la proposición del Parlamento de Cataluña que pretendía recabar para la Generalitat la competencia relativa a la convocatoria.
"Es a Mas al que le toca mover ficha, pero debería ser consciente de su responsabilidad, acertar y no mover la ficha equivocada", se señala desde el Gobierno.
El hecho de que no hubiera contacto alguno ente Rajoy y Mas y de que ni siquiera llegaran a coincidir en el acto organizado al que ambos asistieron en Barcelona por el Foro de Marcas Renombradas de España es una demostración del alejamiento de las posiciones.
A ello se une también que no hubiera ninguna conversación entre la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, y algún representante de la Generalitat durante su estancia de dos días también en Barcelona.