Reclaman 300.000 euros por las secuelas de un tratamiento en niño de 10 años

Al niño se le administró Lamictal de una forma demasiado rápida, lo que le produjo el síndrome Stevens Johnson, que le hizo perder la piel tras sufrir la ulceración de la misma

Una familia placentina ha reclamado alrededor de 300.000 euros al Servicio Extremeño de Salud (SES) como indemnización por las secuelas físicas y psicológicas que padece su hijo, de once años de edad, tras haber recibido "una dosis cuatro veces superior" a lo necesario de un medicamento.

La familia, por medio del despacho de abogado madrileño Lex Abogacía, presentó una reclamación patrimonial hace más de un año ante el SES, de la que a día de hoy no han tenido respuesta, según ha explicado a Efe la abogada Clara Lozano.

De hecho, si no hay respuesta próximamente, "acudiremos a la jurisdicción contencioso-administrativa", ha anunciado la letrada de este caso, que fue adelantado por el diario El Mundo.

Lozano ha detallado que Lucas tenía diagnosticado crisis epilépticas y para esa patología tenía pautados una serie de medicamentos, entre ellos Valproato (Depakine).

En febrero de 2018, en una revisión en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres se le ofreció, además, un nuevo medicamento llamado Lamictal, que debía ser administrado de forma progresiva.

"Nosotros no rechazamos que se pueda combinar Lamictal con Depakine, lo que pasa es que la dosis pautada era muy superior, ya que excedía en cuatro veces la dosis a administrar", ha agregado la abogada.

A las tres semanas de estar tomando la medicación, al niño le aparecieron llagas en la boca, por lo que acudieron al pediatra en Plasencia, donde le apuntaron que podría ser un virus. Sin embargo, horas después comenzó a tener fiebre y su madre decidió acudir al Hospital Virgen del Puerto de la localidad, donde quedó ingresado.

En su estancia hospitalaria el pequeño Lucas empeoró con la aparición de múltiples erupciones cutáneas, por lo que se decidió su traslado al Hospital de Badajoz, donde se le diagnosticó el síndrome Stevens Johnson, una enfermedad rara que hace que la piel comience a ulcerar para posteriormente desprenderse.

A los cuatro días y dado su estado, fue derivado al Hospital La Paz de Madrid, "donde dieron con la tecla, algo que no evitó que estuviera ingresado durante varias semanas y con bastante dolor, además de los evidentes daños estéticos", ha dicho la abogada.

Tras varias intervenciones, Lucas fue dado de alta aunque con secuelas cutáneas en el 60% del cuerpo, estéticas, de afectación visual y con perjuicio económico para la familia.

"De forma extraoficial sabemos que el SES achaca esta situación a una complicación o efecto secundario del medicamento, algo que rechazamos de manera categórica", ha dicho la letrada.

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