SOCIEDAD

Salvan a un perro con diagnóstico erróneo de cáncer terminal de la perrera de Valladolid

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photo_camera Rocky.

Dos colectivos animalistas se hicieron cargo del can, que esta a la espera de ser adoptado

Las protectoras VayaHuellas y AlmanimanlVA han criticado este lunes la falta de atención que reciben los perros recogidos en el Centro Canino Municipal de Valladolid, entre ellos Rocky, un pastor alemán cuyo destino era el sacrificio tras recibir un erróneo diagnóstico de cáncer terminal y del que ambos colectivos se hicieron cargo y lograron curar.

El can, de 8 años, fue rescatado el pasado mes de abril con un diagnóstico de cáncer de bazo, en estado terminal, sin contar con informe alguno que lo avalara, salvo la palabra de la veterinaria, tal y como explica Laura Gómez, de Vaya Huellas, quien apunta que quizá se trate de "meras excusas para quitar de en medio a un animal que ya había sido adoptado dos veces y devuelto nuevamente".

Ambas protectoras decidieron hacerse cargo del 'paciente' desahuciado, costearon distintas pruebas diagnósticas y comprobaron que Rocky tan sólo padecía anemia y algún mal menor, "pecata minuta", como así advierte Laura, quien destaca el esfuerzo económico realizado por las dos asociaciones al tener que afrontar el tratamiento del perro sin ayuda alguna de las instituciones.

Gracias a ello, Rocky, actualmente "totalmente restablecido y como un toro", se encuentra en fase de acogida y a la espera de ser adoptado por una familia, en la línea de otros que ya fueron rescatados de la perrera de Valladolid y que han sido adoptados responsablemente.

Ese el caso de Blas, rescatado en diciembre del pasado año, al presentar una úlcera en el lomo sin curar desde 2016. La úlcera, esta vez, sí encubría un cáncer y leishmania, con el que Blas convivió más de un año sin ser atendido por la veterinaria.

Las dos asociaciones denuncian la falta de atención a los animales por parte del Servicio Veterinario del Ayuntamiento y reclaman apoyo institucional consistente en la correcta atención a los animales desde la perrera y en campañas de concienciación, lo que revertirá positivamente en los gastos a los que tienen que hacer frente las protectoras y en el fin del abandono, problema que satura a perreras y protectoras.

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