Elecciones 10N

Sánchez pretende ser investido sin el apoyo del PP ni de los independentistas

Los populares rechazan su abstención porque evitar que gobierne el líder del PSOE es una "labor patriótica" para ellos

Pedro Sánchez quiere comenzar cuanto antes las negociaciones para su investidura y por eso empezará los contactos con Unidas Podemos y sus confluencias y con partidos minoritarios, pero no pretende contar ni con el Partido Popular ni con el independentismo catalán. Los socialistas quisieron dejar claras sus intenciones ya el día después de los comicios y tras un primer análisis de los resultados del 10N, en los que no se vislumbra una negociación fácil porque el bloque de la izquierda necesitaría apoyos adicionales para formar Gobierno.

Ni el PSOE piensa contar con el PP ni los populares facilitarán la investidura de Sánchez. Ambas partes lo han dejado claro desde ayer. Aunque dentro del PP ha habido quien ha apostado por la abstención con condiciones, como hizo  el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, Génova fue tajante negando esa posibilidad. De esta forma, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, advirtió de que su partido no se va a abstener en la investidura de Sánchez, porque evitar que gobierne el líder socialista es "una labor patriótica" para ellos.

Y en el PSOE, el secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, recalcó que lo que quiere el partido es un Gobierno progresista, y por eso se pondrán en contacto con Unidas Podemos y sus confluencias y con los partidos minoritarios dispuestos a pactar. Formaciones en definitiva, añadió, que "no quieren bloquear España".

Entre los "bloqueadores", Ábalos incluyó a ERC, como también reconoció que los socialistas no esperan la abstención de los populares. Y sí subrayó que esperan el apoyo de Ciudadanos, porque ese partido ya dijo en campaña que no bloquearía. Así que lo que buscan los socialistas es una suma de las fuerzas de izquierda con formaciones regionalistas y nacionalistas "proclives" al pacto. Y ahí entraría también Cs, muy debilitada tras quedarse con diez escaños y haber dimitido su líder, Albert Rivera.

Lo que también ha subrayado el PSOE es que no habrá una gran coalición con los populares. "No va a haber frente común con el PP porque nuestra función ahora es administrar el caudal de respaldo que tenemos para gobernar con las ideas de nuestro programa y ser el muro de contención de la ultraderecha. El PP representa a la derecha y es nuestro adversario político". De esta manera lo apuntó la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo.


Valoraciones


A la espera de que se produzcan los primeros contactos, esta jornada deja por otro lado el primer análisis de resultados. Y por parte del PSOE, a pesar de perder 760.159 votos y tres escaños, apenas hubo autocrítica. Porque Ábalos insistió en que "la victoria será mínima, pero el sustantivo de ganar nadie lo puede modificar", y por eso pidió que se "reconozca la victoria del PSOE". "Todas las posibilidades de gobernar pasan por los socialistas. ¿O es que la derecha suma?", se preguntó Ábalos, quien a la cuestión de cuál es la responsabilidad del PSOE en el crecimiento de la extrema derecha respondió que los socialistas son los únicos capaces de frenar a Vox y culpó al PP de "blanquear a la ultraderecha". A su juicio, además, Cataluña también ha exarcebado los nacionalismos y los extremismos "de un lado y otro".

Podemos reunió ayer a su Consejo de Coordinación para analizar el resultado y plantear la estrategia política a seguir por la formación en las próximas semanas. Fuentes del partido señalan que se mantienen firmes en exigir un Gobierno de coalición con el PSOE, máxime con el auge de Vox en esta repetición.

En la derecha, habrá que esperar a la jornada de hoy, cuando se reúna el Comité Ejecutivo Nacional del PP, para conocer el análisis de Pablo Casado después de que su partido haya remontado hasta los 88 escaños, veintidós más que en abril aunque lejos de lo que esperaba Génova, que confiaba al menos en llegar al centenar e incluso esperaba un empate con los socialistas. 


Abascal recalca que la gobernabilidad no es responsabilidad de su formación


El gran triunfador de la jornada electoral, Vox, convertido en tercer partido en el hemiciclo con 52 diputados, hizo ayer una primera valoración de los resultados cosechados. El líder de Vox, Santiago Abascal, recalcó que la gobernabilidad no es responsabilidad de su partido, porque los españoles les han votado para que hagan oposición.

Y aunque no es el principal partido de la oposición, quiso marcar con el PSOE más distancias que las del PP. Porque aseguró que en su partido no echarán "en cara" al PP y Cs un acuerdo con el Partido Socialista dado que "comparten políticas". Les pidió, eso sí, que lo hagan cuanto antes debido a la "emergencia nacional" que vive el país por la crisis en Cataluña.

Insistió en que, más allá de la fórmula a utilizar, es lógico que estos tres partidos se puedan poner de acuerdo y les ha pedido que "dejen de disimular" puesto que sus políticas son las mismas en materias como las autonomías, la inmigración o la violencia de género. 


Visión de esquerra


Y desde el independentismo, pese a que José Luis Ábalos insistió en que no está en la mente de los socialistas hablar con el independentismo, ERC hizoo oídos sordos e instó al PSOE a sentarse a hablar. Así se lo pidió la portavoz de Esquerra, Marta Villalta, quien advirtió a Pedro Sánchez de que tras salir "debilitado" de las elecciones solo tiene dos opciones: escuchar lo que han dicho los ciudadanos en las urnas o permitir que la derecha siga avanzando.

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