Crónica

Stones: del infierno al cielo español

Ronnie Wood y Mick Jagger, en el concierto de los Stones en el Monte do Gozo en junio de 1999. (XAVIER MERCADÉ)
photo_camera Ronnie Wood y Mick Jagger, en el concierto de los Stones en el Monte do Gozo en junio de 1999. (XAVIER MERCADÉ)
Veintitrés conciertos será el cómputo que The Rolling Stones alcanzarán mañana en España cuando salten al escenario del Wanda Metropolitano de Madrid tras cerca de medio siglo de visitas al país.

La primera vez que pusieron un pie en territorio nacional corría el año 1976, solo 8 meses después de la muerte de Franco, bajo cuyo mando se habían censurado lanzamientos previos como la icónica portada con la entrepierna de “Sticky fingers” (1971). 

Tres años antes ya se había hablado de un concierto que nunca llegó a tener lugar y los medios generalistas ofrecieron la información tímidamente. No tanto por ellos como por los obstáculos que pusieron los diversos estamentos oficiales, no fue fácil cerrar aquella actuación en Barcelona, fraguada por un entonces joven promotor llamado Gay Mercader que ya había logrado traer a España a otros “indecorosos” del rock como Frank Zappa.

Se compraron unos terrenos a seis kilómetros del centro de Cambrils (Tarragona) con el objetivo de montar un espacio para 25.000 personas. Contaban con todos los permisos, pero a solo mes y medio el ayuntamiento se echó atrás. Mercader y su equipo llegaron a cambiar hasta tres veces la ubicación definitiva hasta contratar la Monumental de Barcelona, con un aforo bastante menor que obligó a elevar el precio de las entradas hasta las 900 pesetas.

Además, y a pocos días del concierto, Keith Richards tuvo un accidente de tráfico en el que no sufrió graves daños, pero en el que se encontró una sustancia estupefaciente (cocaína) que sirvió para ampliar su mitología más infame.

Toda la tensión en torno a Sus Satánicas Majestades se materializó en una actuación policial represiva, con cargas a caballo, porrazos y hasta lanzamiento de botes de humo contra el público congregado en la arena, unas 12.000 personas. Fue una noche aciaga en la que la suerte fue que no se produjera ningún fallecido.

Su gran reconciliación con el público español llegó el 7 de julio de 1982 en medio de los actos por el Mundial 82, pese a que las circunstancias de partida tampoco parecían muy halagüeñas: sin previo aviso, un temporal de truenos y relámpagos azotó el Vicente Calderón de Madrid. “El decorado quedó a merced del viento y en medio de esa furia desatada saltaron al escenario y comenzaron a tocar. Irrepetible”, recordaba Víctor Manuel, uno de los 60.000 asistentes a aquella cita histórica en la que también estaba Felipe González solo meses antes de convertirse en presidente del Gobierno. Bajo esa condición recibió después a Mick Jagger en La Moncloa en su siguiente visita en 1990 con motivo del “Urban Jungle Tour”, que incluyó dos conciertos consecutivos en Barcelona y otros dos en Madrid.

Las guerras por traerles eran cada vez más intensas, con cifras de contratación en proporciones astronómicas, y hasta los derechos de emisión de aquellos conciertos fueron objeto de intensas pujas por parte de las televisiones generalistas.

Tomó el relevo el estadio de El Molinón de Gijón en 1995, esta vez con motivo del “Voodoo Lounge Tour”. Hicieron falta 56 camiones para transportar toda la estructura y 45.000 personas quedaron cegadas por aquel ejercicio descomunal.

Keith Richards se rompió una costilla durante el tour de presentación de “Bridges to Babylon” en 1998 y eso obligó a recortar sus actuaciones en España, que fueron tres: Puerto de Málaga, Estadio Olímpico de Barcelona y Estadio de Balaídos de Vigo.

Galicia y 40.000 personas volverían a recibirles un año después, esta vez con la gira “No security” y en el Monte do Gozo de Santiago. Aquel 15 de junio de 1999 y mientras en Vigo y otras ciudades los teloneros eran grupos de escaso nivel, Los Suaves abrieron en Santiago el espectáculo con una actuación necesariamente breve –apenas superó los 30 minutos- pero de las más intensas, enérgicas y vibrantes que se les recuerdan.

Por su cuatrigésimo aniversario, celebrado en 2003, volvieron a Madrid los Stones dentro del “Licks tour”. Además, tocaron en Barcelona y se estrenaron por primera vez en Bilbao, Benidorm (Alicante) y en Zaragoza. El año 2006 representó un alto en su flirteo con el público español al verse cancelados los cuatro compromisos contraídos, dos de ellos por una laringitis de Jagger y los otros dos por un accidente tan estrambótico como hilarante: Keith Richards se lesionó al caerse de un cocotero.

Un año después intentaron reparar el daño con otros cuatro conciertos: San Sebastián, Barcelona, Madrid y El Ejido (Murcia). Pero los altos precios, los precedentes de 2006 y el reparto del público entre tanta oferta hizo que ninguno de esos espacios agotara entradas.

Hubo que esperar bastante hasta sus últimas visitas a España, que tuvieron lugar en el estadio Bernabéu en 2014 y el Lluis Companys de Barcelona en 2017. La estrategia había cambiado: un único “show” que, en ambos casos y dada la edad de los roqueros, les confirió aura de espectáculo excepcional. Ahora, A este vigesimocuarto asalto llegan con tratamiento de jefes de Estado pero mermados tras el fallecimiento en 2020 de Charlie Watts, lo que multiplica aún más las sensaciones de estar asistiendo a un fenómeno irrepetible y celestial.

Te puede interesar