ENTREVISTA

Susana Estrada: "Estoy en la historia de este país"

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photo_camera Sandra Estrada actuando en TVE, en una imagen de archivo.

Susana Estrada contribuyó "a la revolución" que comenzó en España hace 40 años con las primeras elecciones tras el franquismo con su "destape"

Susana Estrada contribuyó "a la revolución" que comenzó en España hace 40 años con las primeras elecciones tras el franquismo con su "destape", pero la actriz, vedette y cantante, que saca hoy nuevo disco, recalca que ni era "solo un mito sexual" ni "flor de un día". "Estoy en la historia de este país", afirma.

La "musa del destape" ha sido siempre una artista "adelantada a su tiempo", por eso, dice en una entrevista con EFE, puede ver publicado hoy, a sus 68 años, el disco que recopila sus éxitos musicales, "The Sexadelic Disco-funk Sound of...", lanzado en vinilo y CD y compuesto, en su mayoría, por temas de un álbum "icónico", según Estrada, "Amor y Libertad" (1981).

Bajo el sello Espacial Discos, el álbum recopila trece canciones que fueron una "bomba" para la época, como "Voy desnuda", "Gózame ya" o "Quítate el sostén", con las que la cantante invitaba a las mujeres de su época a que se quitaran "las tapaduras" y "los corsés de la cabeza" y a que lucharan por "su libertad".

Tal fue el impacto de aquellas letras, cuenta la gijonesa, que "Amor y libertad" fue censurado.

"Se me considera un icono, un referente. Como yo estaba considerada demasiado de todo para todo, que quiere decir que estaba a años luz de lo que socialmente era políticamente correcto, y como todo lo que yo hacía era diferente y suscitaba polémicas, este disco fue vetado en su día", precisa la artista.

Conocida por ser una de las figuras clave en el género cinematográfico del "destape", es decir, la aparición en las películas de desnudos integrales de mujeres y, en menor medida, de hombres.

Además de haber trabajado en películas como "La trastienda" (1975), "Lucecita" o "Pepito Piscinas" (1978), la asturiana se enorgullece de haber protagonizado algunos desnudos integrales tan polémicos como el que formó parte del espectáculo "Historia del strip-tease", estrenado solo unos meses después del fallecimiento de Francisco Franco.

"Hice algo que fue un revulsivo social, pero no había término medio, o se me odiaba o se me amaba. Ellos me amaban y ellas me odiaban bastante", asegura la artista, que apunta que mediante desnudos como ese o como los que aparecían en revistas eróticas lo que pretendía era "luchar por las libertades", sobre todo la sexual.

Sin embargo, las féminas de su época la acusaban de ser "mujer objeto", aunque Estrada insiste en que desnudarse era, para ella, como decir "nosotros somos esto, el cuerpo; no hay que avergonzarse de ello, es como nacemos y es como nos morimos".

Desinhibida, incomprendida y reivindicativa, la artista también se puso, en pleno postfranquismo, al frente de un consultorio sexológico para la revista "Play Lady", del que se llevó "catorce procesos de delito de escándalo público y trece condenas" que la dejaron durante un tiempo "sin pasaporte, sin derecho al voto e inhabilitada para escribir".

"Era consciente de lo que eso originaba y de lo que provocaba, pero es que se vivía no una doble moral, sino una tercera o una cuarta porque se podía hacer de todo siempre que fueras impoluto correcto, pero luego pasaba que a ellos sí se les permitía, a los hombres (...) y la mujer no tenía derecho ni a abrir una cuenta en el banco", recuerda la también modelo.

Fue precisamente su imagen de "icono sexual" la que, considera, pudo eclipsar sus virtudes en el plano artístico y el compromiso que mantuvo con la sociedad.

"Me merezco un Goya honorífico por toda la labor que he hecho en la historia del país. Supongo que no me lo darán nunca, pero si me lo dieran se lo dedicaría a estas mentes preclaras que decían que yo era flor de un día. Soy flor que duró muchísimos años", asegura la cantante, que, con el paso de los años, sigue fiel a sus "valores" y a sus "taconazos de la muerte". 

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