El vínculo oculto entre descanso y demencia: "Sueño y Azhéimer tienen una relación de ida y vuelta"

El sueño, clave.
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"Es importante dormir las horas que tocan, entre siete y nueve horas al día, y tratar los trastornos del sueño de forma adecuada", zanja el neurólogo Carles Craig

Un mal descanso puede potenciar los mecanismos que se esconden tras el desarrollo del Alzheimer, según Carles Gaig, neurólogo del Hospital Clínic de Barcelona y vocal de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), con motivo de la celebración, este miércoles, del Día Mundial del Alzheimer.

"Sueño y Alzheimer tienen una relación de ida y vuelta. La muestra más clara es que la enfermedad, en su proceso neurodegenerativo, acaba afectando a algunas estructuras del cerebro, entre ellas el hipotálamo, que son fundamentales para regular el ritmo circadiano", ha dicho el experto.

Y es que, el reloj circadiano es el que indica que durante el día hay que estar despiertos y durante la noche dormidos, pero a medida que la enfermedad avanza este reloj se puede alterar y provocar que, por ejemplo, cuando llegue la noche los pacientes estén más intranquilos y agitados, o que después, durante el día, tiendan a adormecerse, lo que es un problema para los cuidadores, sobre todo cuando están en casa, y uno de los motivos más habituales de institucionalización.

Una de las funciones principales del sueño es la de permitir la limpieza del cerebro de toda una serie de sustancias tóxicas que se acumulan durante el día. Entre esas sustancias se encontraría la proteína beta-amiloide, cuya anormal acumulación en el cerebro es una de las características habituales que presentan las personas con Alzhéimer.

"Haciendo una punción lumbar para extraer líquido cefalorraquídeo se pueden medir los niveles de esta proteína. Hay evidencias en humanos que muestran que, tras haber dormido poco la noche anterior, los niveles de proteína beta-amiloide son mucho más altos que en aquellas personas que han dormido el tiempo que le tocaba", ha argumentado Gaig.

De hecho, existe "mucha evidencia" de demuestra que dormir menos horas de las recomendadas de forma continuada se relaciona con un mayor riesgo de Alzhéimer. "La falta de sueño no causa por sí sola el Alzhéimer, pero el hecho de no dormir bien sí que potencia esos otros mecanismos que causan la enfermedad", ha añadido.

En ese sentido, el portavoz de FESMES ha destacado la importancia de que, como sociedad, se empiece a ver el sueño como lo que realmente es, un pilar de la salud como pueden serlo la dieta, el ejercicio o el hecho de no fumar.

"El problema es que muchas veces descuidamos este pilar porque lo vemos como una pérdida de tiempo. Pero no, dormir no es una pérdida de tiempo. Es importante dormir las horas que tocan, entre siete y nueve horas al día, y tratar los trastornos del sueño de forma adecuada. Dormir bien nos va a dar salud a corto y largo plazo, disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, oncológicas y neurodegenerativas", ha zanjado.

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