El inversor inteligente

Bajadas máximas anuales versus rentabilidad anual

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photo_camera L.R.

La variación de precios a corto plazo es el precio que hay que pagar a cambio de la rentabilidad a largo plazo

Desde el pasado 25 de Enero, fecha en la que el SP500 alcanzó el máximo de 2.872 puntos, las bolsas bajaron algo más de un 8% en unos pocos días. El pasado martes los medios se apresuraron a informar de que la bolsa norteamericana había experimentado la mayor bajada de su historia, al descender el Dow Jones, índice compuesto por las 30 mayores empresas de EEUU, 1.175 puntos.

Dado que los medios saben a ciencia cierta que los espectadores prestan más atención a las noticias negativas que a las positivas, porque nuestro cerebro está programado para sobrevivir y lo contrario nos hubiese llevado al fracaso, se apresuraron a contar la historia del modo les resulta más conveniente, y dar el valor absoluto de la caída en lugar del relativo. Y es que dicho dato, en porcentaje, supone el 531º peor día en la historia del Dow Jones.

Evidentemente no es lo mismo, en puntos, una caída del 4% sobre un valor de 13.000 puntos que estaba en 2008 que del entorno de 24.000 como está actualmente. Y el dato, para ser representativo, ha de ser dado en porcentaje.

Flaco favor le hacen los medios de comunicación a los inversores atemorizándoles con datos distorsionados y cortoplacistas, que les alejan del mercado y crean al ahorrador desinformado la sensación de que la bolsa es un casino en el que se puede perder todo el dinero en cualquier momento y que hay que salir corriendo a la mínima corrección.

La variación de precios a corto plazo es el precio que hay que pagar a cambio de la rentabilidad a largo plazo. Es parte inevitable del proceso, y debemos recordarlo una y otra vez para no dejarnos llevar por el miedo y perder las oportunidades que se plantean. 

En el gráfico adjunto se puede observar la revalorización anual del SP500 desde el año 1980 hasta 2107 en la barra vertical, mientras el punto representa la máxima bajada durante el año.

Repasar la historia nos proporciona siempre una buena referencia, y si analizamos los datos históricos desde 1980, vemos que en todos los años menos uno (en concreto el 2012) se han producido bajadas intra-anuales más pronunciadas que el resultado anual definitivo, y que aunque el valor medio del máximo descenso anual ha sido del 13.8%, la rentabilidad ha sido positiva en 29 de los 37 años.

Los dos últimos años no han sido normales en los mercados, al ser excepcionalmente estables.

Una vuelta a la normalidad debe ser vista como positiva, ya que generará un entorno en el que aparecerán oportunidades de comprar a buenos precios debidos a correcciones que duran días, semanas o incluso varios meses. Para ello, tener algo de liquidez, nos dará las herramientas adecuadas para aprovechar la situación cuando se plantee.

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