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Bodega Gargalo conquista nuevos mercados desde Monterrei

OURENSE. 05.10.2015. PARQUE TECNOLOGICO. ROBERTO VERINO. EMPRESARIO DEL SECTOR DEL TEXTIL Y EL VINO. FOTO: MIGUEL ANGEL
photo_camera Roberto Verino, con alguna de las creaciones de su bodega, que se ubica en la Denominación de Origen Monterrei.

La denominación de origen más pequeña de Galicia incorpora la marca ligada a Roberto Verino, que aprovecha la tradición vitivinícola familiar y el crecimiento de un sector que se internacionaliza

Uno de los proyectos vinícolas y empresariales de Ourense se asienta en las tierras de Monterrei, es la bodega Gargalo. Fueron los abuelos, por parte de madre, de Roberto Verino,  cultivadores de viñas en la zona de la Ribeira Sacra, quienes engendraron en él la curiosidad por el noble arte de la elaboración del vino. En 1998 puso en marcha este proyecto.

Ángel Germade, director de la bodega, comenta que “el valle de Monterrei, suponía para Roberto Verino, un potencial reconocido por siglos de tradición vitivinícola, que debía transformarse en un referente para los vinos de calidad gallegos”. Gargalo basa su filosofía de trabajo en la elaboración de vinos de alta calidad, con el carácter de esta tierra, con vocación de ser un referente de prestigio dentro del mundo del vino gallego.

El director de Gargalo señala que “la bodega está situada a los pies del Castillo de Monterrei, en la ladera del monte que lo alberga, orientada al sur y rodeada de 8 hectáreas de viñedo. Una ubicación privilegiada tanto por su belleza paisajística como por sus condiciones naturales para el cultivo de la vid”.

La bodega está formada por tres grandes cubos de granito cuyos vértices señalan los puntos cardinales y su forma y textura hace que se integre en el paisaje sin distorsionar el entorno. 

Equipada con los avances tecnológicos necesarios para elaborar vinos de calidad, sus depósitos se encuentran bajo tierra para facilitar los trasvases de los mostos por gravedad, en época de vendimia, al tiempo que se limita la altura de la bodega por respecto a la majestuosidad del castillo.

Actualmente la bodega produce unas 115.000 botellas de vino al año y las variedades con las que trabaja son godello, treixadura, dona branca, mencía y arauxa, fundamentalmente. Esta produccción se traduce en tres marcas: Gargalo, Terra de Gargalo (Terra de Gargalo lías  y Terra de Gargalo Carballo) y Villa Verino.

Ángel Germade señala que los vinos de Gargalo son “producto de la zona. Son vinos largos, con larga permanencia en boca”.

Durante los cerca de 20 años de trayectoria, los vinos de Gargalo han atesorado numerosos premios. El director de Gargalo recuerda, entre otros, “el de Mejor Blanco de Galicia en 2014 o la presencia en las guías de vino más prestigiosas. Siempre suelen estar entre los más recomendados de la D.O. Monterrei”.

Aunque su principal mercado es el local y nacional, las exportaciones internacionales han aumentado en los últimos años y actualmente ya están en mesas de Bélgica, EEUU, Japón o Australia. “El futuro pasa por la internacionalización aunque en esa labor es muy importante el apoyo de la administración”, subraya Ángel Germade.

Una apuesta por la calidad

Gargalo produce sus vinos en la D.O. Monterrei, la denominación de origen más pequeña de Galicia pero “una de las que más crece”, según afirma Ángel Germade que añade que “en los últimos 10 años, Monterrei siempre ha obtenido numerosos premios”.

Verino, cabeza visible de la familia Mariño, es quien a principios de los noventa puso a rodar el proyecto de Gargalo, descubriendo a la mayoría la existencia de una denominación de origen más en Galicia, la de Monterrei. Es entonces cuando Verín y su comarca reivindican su vocación vinícola. El proyecto de Gargalo se consolida y los aficionados empiezan a tener un acceso franco a la versión moderna de los vinos de Monterrei.

 La razón del éxito es la apuesta decisiva por la calidad. “En Gargalo no vamos a precio, nuestro leit motiv es mejorar cada año, hacer las cosas bien y con sentido común. Nosotros no podemos competir con precios y somos conscientes de que vender calidad cuesta más pero también ha cambiado y evolucionado el consumidor de vino actual que no se parece al de antaño. Al cliente actual le gusta comprar cosas diferentes en cada ocasión y ya no es fiel a un vino de por vida, como antes”.

Una de las claves del vino que produce Gargalo está en la meticulosidad de su elaboración. “Somos muy estrictos, apostamos por un proceso manual, con la mecanización necesaria en estos casos. Hay que pensar que  todo el mundo elabora muy buenos vinos y a la gente le gusta comparar”, añade el director de la bodega.

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