CREANDO MARCA

La brecha entre la costa y el interior de Galicia está aún lejos de corregirse

La apuesta de futuro de Galicia debe pasar por un equilibrio territorial y sostenible donde las dos áreas se desarrollen de forma pareja y con reducción de los desequilibrios territoriales  aprovechando los recursos naturales de toda la comunidad.

Desde el siglo XIX se ha vislumbrado un desarrollo desequilibrado de la costa y el interior de Galicia. Las provincias del interior gallego, Ourense y Lugo, han mostrado un proceso continuo de pérdida de peso económico y de población en favor del litoral. Un dato: según el Instituto Nacional de Estadística (INE) Galicia ganó en los cien años del siglo XX un 38% de población, un porcentaje mínimo si se compara con el 120% de media en España. Esta población se ha ido concentrando alrededor de la Galicia que mira al mar. 

El problema población se agrava en los ultimos años al encontrarnos con una pérdida de población acentuada: Galicia se queda con la cifra de vecinos más baja de los últimos 14 años. Para encontrar un volumen menor de población hay que retroceder hasta 2003, cuando rondaba los 2,7 millones. Alcanzamos un valor punta en 2011 de 2.773.415 habitantes, y desde aquellas, la autonomía acumula una caída de casi 69.000 habitantes.

En el caso de Ourense, los datos son más desalentandores, ya que desde 1998 la provincia muestra una serie estadística con más perdidas que ganancias, que en balance se habla de una pérdida neta de cerca de 26.000 personas. Un ejemplo: se calcula que solo en la provincia de Pontevedra viven más de 35.000 ourensanos oriundos que han elegido la provincia vecina para su desarrollo profesional y personal.

El resultado ha sido un cambio en la pirámide de población que afecta de manera especial y específica a las capacidades de oferta de mano de obra cualificada y no cualificada y al nivel de envejecimiento de la misma. Ourense muestra una tasa de ocupación laboral por debajo de la media de España y de la media del conjunto gallego dificultando el crecimiento presente y futuro.

La tendencia, además, no es halagüeña. Ourense solo representa el 11,7% del total de la población, con una pérdida porcentual de 0,6% en una década. Las provincias de interior pierden peso en favor de A Coruña y Pontevedra. 

Además, las pirámides se rompen. La población de menos de 16 años es muy inferior a la de los mayores de 65 años y es una tendencia a acentuarse dando muestras de un total desequilibrio de la cadena de valor. 

El resultado: Ourense se acerca a la edad media de los 50 años (49,8), una cifra de las más elevadas de Europa. Con territorios de la zona de montaña con niveles de edad poblacional elevados y mostrando índices de sobreenvejecimiento (mayores de 85 años) de los mas elevados del continente.

A esta situación se llega después de un deterioro en la tasa de natalidad donde Galicia muestra uno de los niveles más bajos de España,con 7,2 nacimientos por cada 1.000 habitantes. En este contexto, Ourense baja hasta una tasa de 5,8 nacimientos por cada mil habitantes. La situación se acentúa con unos niveles de mortalidad de 10,9 para la media gallega, frente a Ourense (13,7) y Lugo (14,3) que muestran los valores con mayor mortalidad.


RENTAS DIFERENTES


En materia de renta, las cifras también muestran una tendencia clara. Ourense muestra una media salarial por debajo de la media gallega. En el análisis realizado por el Instituto Galego de Estadística, la provincia,  y en general la Galicia del interior,  referencia un nivel de renta inferior a la de la costa y además muestra un nivel de crecimiento inferior entre ambas regiones. 

Los datos provinciales nos indican que las rentas medias declaradas en el IRPF son de 16.799 euros en A Coruña y de 16.252 en Pontevedra, en Ourense bajan a los 13.906 euros y en Lugo a los 13.552. Por tanto, el nivel de ingresos de las familias se muestra separado entre ambos territorios. El resultado es una recaudación inferior de impuestos y de cotizaciones en la Seguridad Social. 

Esta caída de las cotizaciones y del envejecimiento manifiesto se refleja en datos como que Ourense está a la cola de España en cobro de la pensión media. A la vez el crecimiento de población envejecida exige un desarrollo económico de planes de inversión sociales como el caso de programas de atención a la dependencia, asociados en su mayor parte a cuestiones relacionadas con la edad, ya que a medida que la población envejece, es necesario aportar más recursos. 

Mayores inversiones sociales se equilibran con menores inversiones en otros campos como pueden ser las infraestructuras. A ello, debemos sumar la situación del tejido empresarial donde una vez más se muestran diferencias. El plan estratégico de economía de Galicia 2015-2020, identifica 26 sectores tractores de la economía Gallega, del análisis se desprende que solo en uno Ourense se puede mostrar como líder, el sector de explotación de la pizarra, al disponer del recursos en el territorio. Otros sectores como pueden ser el textil, el termalismo, la construcción, automoción o fabricación de piezas de aeronáutica, son sectores con potencial en la provincia pero sus cifras están lejos de liderar. El resultado de lo enunciado es que Ourense se encuentra a la cola en el nivel del Producto Interior Bruto (PIB) gallego con una generación de 5.844 millones, 1.000  millones menos que Lugo y lejos de los cerca de 25.000 millones de la provincia de A Coruña y de los algo más de 17.000 millones de Pontevedra.

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