En primer lugar, el precio de referencia del barril brent no es el factor de principal decisión en el precio final.
En primer lugar, el precio de referencia del barril brent no es el factor de principal decisión en el precio final. La materia prima que nos interesa es el precio del carburante en el mercado internacional del que España tiene total dependencia. La materia prima es el carburante elaborado, que dispone de un precio posterior al transporte a refinería, refino y transporte a la gasolinera. Ese coste internacional, y así lo indica el Ministerio de Industria, representa solo el 33% del precio en un litro de gasolina y el 37% en el litro de diésel.
El resto, y aquí está el debate, corresponde a impuestos, costes de distribución y margen bruto. El Estado impone dos impuestos, un 21% en IVA, y además (y esta es la clave de la no bajada proporcional), un precio de impuestos de hidrocarburo fijo. Por ejemplo, en un litro de gasolina sin plomo el impuesto especial será de 424,69 euros por cada 1.000 litros; es decir, por un euro /litro de combustible de gasolina sin plomo pagamos 21 céntimos por el IVA que se aplica al repostaje, mientras que 42,47 céntimos son del impuesto de hidrocarburos.
O sea, por cada euro repostado, 63,47 céntimos son destinados a impuestos. Por lo tanto, el 63,47% del precio se compone de impuestos, por tanto siempre rondara por el encima del 50%. Por tanto si sumamos gastos de impuestos y de combustible internacional, nos queda de media menos de un 20% de margen bruto para los gastos y beneficios de toda la cadena de distribución de combustible.
