EL INVERSOR INTELIGENTE

Dos emociones guían de manera permanente al común de los inversores: el miedo y la avaricia.

El animal humano nunca estará libre de dos constantes, el miedo y la codicia. Esto es independientemente de si están invirtiendo en fondos de inversión, vivienda, bitcoins acciones, bonos o cualquier otro producto financiero.

El animal humano nunca estará libre de dos constantes, el miedo y la codicia. Esto es independientemente de si están invirtiendo en fondos de inversión, vivienda, bitcoins acciones, bonos o cualquier otro producto financiero.

El impulso de evitar las desventajas percibidas y de ser parte de los mercados alcistas y las burbujas es constante, a lo largo de todo el tiempo y el espacio. Se aplica universalmente a personas de todas las edades y en todo el mundo. Es parte de nuestro ADN. Nuestros ancestros que no huyeron del peligro ni corrieron hacia la recompensa probablemente no transmitieron sus genes. Nuestros antepasados que se protegieron y que pudieron tomar los riesgos necesarios para asegurar una pareja y un refugio, nos han transmitido el instinto de luchar o huir a través de milenios.

Usted está regido básicamente por sus emociones. Su cerebro contiene una masa de materia gris en forma de almendra en cada hemisferio cerebral que reacciona a los estímulos, independientemente de a qué universidad asistió o de cuántos artículos haya leído. Su cerebro también contiene un hipocampo, que es responsable del control (o falta de él) cuando se trata de la ansiedad. Deberá recordar esto durante la agonía de la próxima corrección del mercado, a medida que comienza a inventar esquemas desesperados para hacer que el dolor termine.

Cuando se siente estimulado placenteramente, como durante una victoria en una competición, un éxito en una apuesta, o un acuerdo beneficioso, tiene algo detrás de su ojo izquierdo llamado corteza lateral orbito-frontal. Es el asiento de la razón y el control del comportamiento y ha evolucionado para apagarse mientras se diviertes. Su cerebro se ciega con sensaciones y su cordura le abandona temporalmente. A modo de droga, el ansia por participar en las revalorizaciones nubla la visión de la realidad y lleva a perseguir las tendencias alcistas más alocadas, como ha pasado hasta hace muy pocas semanas con las monedas digitales. En esas situaciones no es necesario ningún fundamento racional ni valoración científica para que el inversor decida dedicar cualquier parte de su, por elevado que sea, en dicha lotería cuando se presenta la oportunidad. Lo dijo Newton en su día: “puedo predecir el movimiento de los cuerpos celestes, pero no la locura de la gente”.

El principal escollo para obtener buenos resultados financieros no son, aunque claves, sus conocimientos financieros, sino el conseguir evitar que sean sus emociones las que tomen decisiones por usted. Es el temperamento adecuado el que le predispondrá al éxito a largo plazo.

Y cuando usted no disponga de él, sólo tiene dos opciones: o mantenerse alejado del mundo de las inversiones, o confiar sus ahorros a una institución de inversión dirigida por personas que sí lo tengan.

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