LA ENTREVISTA

Enrique Barreiro: "Tenemos titulados ejemplo de éxito"

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photo_camera Enrique Barreiro.

Enrique Barreiro lleva 25 años como docente en la Escuela Superior de Ingeniería Informática del campus de Ourense y coordina las prácticas de los alumnos.

Enrique Barreiro reconoce que la facultad pone en el mercado laboral cada año alumnos que se los disputan las empresas. Es la ventaja del pleno empleo. Sin embargo, el sistema educativo no parece corregir esta deriva, con lo que las empresas se siguen quejando de que carecen de personal cualificado

Casi todos los graduados tienen trabajo. ¿Es bueno o es malo? 

Siempre es bueno, eso de entrada. Que la inmensa mayoría de nuestros titulados tengan pleno empleo es bueno, a lo mejor algunos empresarios piensan que la situación no es tan buena porque que todos encuentren trabajo significa que hay mucha demanda por parte de las empresas. Eso supone que les está suponiendo dificultades para encontrar el personal que necesitan y cuando lo necesitan. 

Pregunto si es malo porque podría haber más titulados, más trabajo y también más empresas que conseguirían personal. 

Por supuesto, harían falta más alumnos porque el mercado laboral lo demanda. Al sistema educativo le cuesta mucho responder de manera ágil a los cambios de demanda del mercado. Por desgracia, el sistema responde cuando se detecta que no hay mucha demanda de alguna titulación. En ese caso muy pronto aparecen los recortes de profesorado, plazas y recursos, pero cuando hay incremento de demanda importante de nuevos profesionales de la informática no hay esa respuesta tan ágil porque significa contratar profesores y demás.  

¿Cómo gestionan la bolsa de prácticas para las empresas? 

Tenemos dos tipos de prácticas: En el grado son opcionales y en el master son obligatorias y todos los años pedimos a las empresas que nos ofrezcan plazas, luego nos envían sus propuestas y finalmente se adjudican al alumnado. Hay prácticas extracurriculares que pueden hacer en el momento en el que lo desee él o la empresa. El problema es que hay alumnos que no optan a las prácticas porque consiguen trabajo directo y entonces las empresas lamentan que no pueden cubrir las vacantes. 

¿Y qué papel juegan las empresas en todo este proceso? Es activo? ¿Es pasivo? 

Desde hace unos años tienen un papel cada vez más activo, se involucran incluso en la propia formación porque colaboran mucho con la facultad a través de cátedras ofertando formación y esas acciones también les permite detectar alumnos especialmente brillantes o que se ajustan al perfil que ellos precisan. Hay empresas de fuera de Ourense que nos llaman y que se quieren involucrar en trabajos fin de grado… En fin, estamos encontrando esos perfiles para retenerlos. Cuando celebramos la feria del empleo cada vez vienen más empresas que se quieren involucrar, que quieren estar ahí. Yo también creo que a algunas empresas todavía les falta entender que la Universidad no puede formar en todas las tecnologías que existen y que la responsabilidad de formar un profesional recae tanto en la Universidad como en la empresa. 

Eso es en lo que se refiere a las empresas. ¿Y los alumnos qué papel adoptan? 

El alumno se involucra y participa. Cada vez más estamos viendo que el estudiante busca prácticas extracurriculares y desde hace un año y medio vienen muchos alumnos a preguntarme por las prácticas que pueden hacer en verano o que se buscan su empresa, que ya vienen con el contacto de la empresa. En fin, creo que pasa como en todas partes: hay un perfil de alumno muy interesado en las prácticas o en salir al extranjero y luego tienes otros más pasivos. 

A futuro los empleos tecnológicos tienen un crecimiento exponencial. ¿Está la facultad o la sociedad preparada? 

Esa brecha entre la disponibilidad de los profesionales y las necesidades de las empresas se sigue agigantando. La sociedad está prescindiendo de un 50% de jóvenes en este tipo de titulaciones porque prácticamente no hay mujeres que se matriculen en las carreras tecnológicas. Por ejemplo, en Ingeniería Informática hay menos mujeres ahora que cuando se abrió la facultad en 1991. Es un problema que pasa en toda Europa o Estados Unidos, posiblemente social. El crecimiento del sector seguirá y no sé qué productos compraremos dentro de diez o quince años pero lo que sí tengo claro es que cada vez habrá más software en cada cosa que manejemos. Por lo tanto, necesitamos personas que sean capaces de manejar todas esas situaciones de manera eficiente. En Europa hay un déficit tremendo de profesionales y se va a ensanchar. Será necesario importar estos profesionales de otros países.

¿No cree que la Universidad debería abrir más la mano, revisar su actual modelo?

En los últimos dos años en el entorno de la Facultad han abierto todas las consultoras importantes de software que están implantadas en Galicia y cada una que llega provoca un terremoto en las demás porque se van quitando profesionales unos a otros. La Universidad claro que tiene que dar una respuesta, tiene que hacer algo, tiene que darse cuenta que hay una demanda social importante y por lo tanto tiene que empezar a plantearse cómo se incrementa el número de alumnos en una titulación como esta que tiene una fuerte demanda. Yo creo que es responsabilidad de la Universidad y debería estar ya haciendo algo por solucionarlo. 

¿Y el emprendimiento?

La cuestión del emprendimiento es muy delicada. Somos de péndulo, pasamos de querer ser funcionarios a querer ser emprendedores. Creo que la mentalidad del emprendimiento no se genera en la Universidad, creo que es en la sociedad y eso está calando. Tenemos ejemplos de titulados que en los últimos años han demostrado ser ejemplos de éxito y creo que eso es fántástico, pero creo que paralelamente hay que aprovechar esas empresas que se van implantando. Hace quince años casi no había aquí empresas de software y ahora titulados nuestros están saliendo por el mundo, creando empleo y generando valor. Eso para nosotros es muy gratificante.

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