CON PRIMA DE RIESGO

Galicia experimenta un crecimiento débil de tanto mirar al exterior

La próxima política económica que se aplique en el país me pido que sea la de “mirarnos al ombligo” 

CRECIENDO EN TÉRMINOS PIB
Es indudable que estamos creciendo en términos de producto interior bruto cumplidos casi nueve años desde que estalló en Estados Unidos la gran crisis económica de este siglo, cuyas consecuencias aún perduran. Pero éste es un crecimiento impulsado por la relajación monetaria del Banco Central Europeo, la caída de los precios del petróleo en los mercados internacionales y la depreciación del euro frente al dólar. Está larga debacle económica la hemos pagado con una pérdida de poder adquisitivo y no se han reflejado en absoluto en una mejora económica más allá de la evolución correspondiente al ciclo. Tenemos menos industria, menos empleo y de peor calidad, y no hay margen para aumentar la deuda pública, lo que deja claramente retratada nuestra imposibilidad de salir adelante con perspectivas de recuperación. Más aún si existe la amenaza de una tercera recesión. 

El mantenimiento de una senda de crecimiento estable se pone en duda una y otra vez. Los datos, por ejemplo, del índice de precios al consumo muestran una senda descendente inédita que reflejan una salida de la crisis todavía alejada. Un comportamiento flojo de los precios que en una economía desestabilizada supone una reducción del producto interior bruto con un problema añadido: que si los precios bajan y el producto se reduce, la deuda no.  A la desaceleración de la economía china, la incertidumbre de Grecia y la crisis de los países emergentes, acentuada por la bajada de precios de las materias primas, se une ahora una evolución a la baja de la bolsa española y un incremento de la prima de riesgo, provocados por la situación económica internacional, pero también en buena medida por las amenazas europeas de un ajuste inmediato si hay investidura de un nuevo gobierno, o por la amenaza de sanciones si nos volvemos ingobernables. Y así estamos en un stand by  económico sin nuevas estrategias de gobierno en el estado español.

LA DÉBIL DEMANDA INTERNA
En Galicia, con un gobierno estable, al menos hasta el otoño, se pretende centrar el crecimiento a partir del estímulo de la demanda interna y del consumo, con políticas expansivas a nivel fiscal. Aunque obvian en la estrategia que para ello, es imprescindible crear empleo de calidad.
Los datos gallegos más allá de los buenos resultados de sus cuentas públicas, con un reducido nivel de deuda, cercana al 18% del producto interior bruto de la comunidad,  muestra una débil recuperación económica construida sobre actividades con escaso valora a las que se incorpora un empleo precario, menos cualificado y de peor remuneración. Un solo dato da muestras de ello: los sectores que más contribuyeron al incremento de la afiliación en Galicia en el último año fueron la educación, la hostelería y las actividades administrativas y de servicios auxiliares.Y si en su conjunto las perspectivas para este ejercicio espera un incremento de alrededor de 26 mil ocupados en la comunidad, este crecimiento, aun siendo importante, resulta todavía insuficiente para recuperar cualquier nivel previo anterior. A ello cabe añadir dos factores : estacionalidad  y parcialidad.  

Pese al buen comportamiento del desempleo con el que se cerró el año, esté fue debido en parte a la estacionalidad, ya saben lo de los trucos de magia de la interpretación de datos estadísticos, pero también y pero aún, debido en buena parte a la parcialidad de la oferta de trabajo en la Comunidad. Un aspecto que se consolida ya, como un elemento estructural de nuestro mercado. Un efecto que permite obtener mejores ritmos de creación de empleo,  al mismo tiempo que reduce el número de parados, pero también la tasa de paro debido en parte al efecto pernicioso del desánimo de la población.  Y Galicia es la comunidad en la que la tasa de actividad ha disminuido más, en una proporción mayor que en España, situándose como la octava comunidad que pierde un mayor número de población. 
En un escenario como éste,  el consumo es el que se resiente; un hecho que se refleja en la evolución negativa de la inflación.  
 

MIRÁNDONOS AL OMBLIGO
El objetivo ha de ser por ello generar un crecimiento interno equilibrado, sostenible e integrador. De esta manera ante la actual situación delicada de nuestra economía, no nos encontraremos en un país en quiebra a poco que nos afecte cualquier  amenaza recesiva internacional. 
Apostar por innovación, la formación y el conocimiento aplicados al sistema productivo son factores con los que se generan empleos de calidad, los cuales a la vez producen crecimiento y elevan el bienestar. 
La próxima política económica que se aplique en este pais me pido que sea la de “mirarnos al ombligo en vez de mirar a exterior”. Para recuperar de este modo las rentas salariales y revitalizar la demanda interna y con ello también la producción.

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