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¿Qué hacer cuando la relación en el vecindario llega a un punto de muy difícil retorno?

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La comunidad debe proteger sus intereses de forma mancomunada y solidaria 

Las comunidades de vecinos no dejan de ser un espacio para la convivencia. El problema es cuando un habitante de la comunidad no se comporta con respeto con el resto, generando ruidos a deshora, problemas de salubridad, molestias, y este efecto genera enfrentamientos, “dolores de cabeza” y situaciones incomodas entre el vecindario. En este sentido decirles que dentro de los estatutos se puede limitar el horario con menor permisibilidad para el ruido, unido a las normas locales, o se pueden establecer normas de uso adecuado de las zonas comunes. 

La comunidad de vecinos no tiene potestad para exigir la salida de un inquilino o para liquidar un contrato de arrendamiento. La comunidad sí puede apercibir vía oral o incluso, si se repiten los incidentes, vía burofax a inquilino y propiedad sobre el problema que está generando. Si el problema continua se deberá dar el paso de presentar denuncias ante la autoridad policial para que quede constancia de los incidentes. En caso de conflictos tiene más valor que la denuncia sea promovida por el conjunto de la comunidad de vecinos que por un vecino en concreto. En esta senda será la justicia la que decida que debe hacer  y como debe actuar en el caso del conflicto. 

La ley de Propiedad Horizontal recoge la posibilidad de expulsar a un vecino si provoca conflictos graves y continuados. Es decir si un juez lo decide un propietario deberá abandonar su propiedad durante el tiempo que lo decide la sentencia.  

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