Economía ciudadana

Los incentivos fiscales buscan fomentar el desarrollo rural y fijar su población

04.01.16.ALLARIZ.SAN MAMEDE DE HURROS.ZONAS BOSCOSAS ENTORNO RURAL.
photo_camera San Mamede de Hurros, en Allariz.

Los principales beneficiarios son colectivos como los jóvenes, las personas con discapacidad, los mayores o las familias numerosas

En los últimos tiempos se han aprobado una serie de modificaciones fiscales que pretenden incentivar el rural, tanto en su dimensión económica como poblacional. La apuesta ha sido en dos vías: incentivar la recuperación del proceso productivo y procurar mantener a la población existente, incluso captar nuevos pobladores.

En el caso del apoyo a las explotaciones agrarias, el gobierno gallego ha aprobado en el año 2016 el programa de impuestos cero en el rural. En concreto, se fomenta el intercambio (ventas) de explotaciones agrarias para seguir con la labor en la actividad que mantenía. También se fomenta la compra de tierras, en especial con el fin de fomentar agrupaciones de suelo rústico.

Los beneficiarios pueden ser cualquier contribuyente que adquiera o agrupe en Galicia suelo sin construir o adquiera explotaciones ganaderas. El beneficio fiscal se concreta en una deducción de hasta un 100% en la cuota en las transmisiones. En el mismo ámbito, la Xunta ha aprobado una normativa específica para favorecer la compra de viviendas. En este caso la ayuda permite beneficiar a una serie de perfiles concretos:  personas con discapacidad igual o superior al 65%; familias numerosas, y a los jóvenes menores de 36 años.

Los beneficiarios podrán acudir a una deducción en la cuota del 100%, respetando límites en el precio de adquisición de la vivienda y a los niveles de patrimonio de los contribuyentes.  Esta rebaja fiscal se aplicará en todas las parroquias de la comunidad calificadas como zonas poco pobladas; es decir, aquellas en las que es más necesario recuperar población con el objetivo de dinamizar las zonas menos habitadas. Por tanto, el alcance geográfico de esta ayuda abarca a un total de 3.462 parroquias, lo que representa alrededor del 94% de la superficie de la comunidad. Esta superficie incluye espacios en parte de los siete grandes ayuntamientos de Galicia. 

Los principales beneficiarios  son colectivos como los jóvenes, las personas con discapacidad, los mayores o las familias numerosas.  A ello, debemos sumar la decisión de eliminar los impuestos de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados para estos colectivos, en el 91,3% de las parroquias de Galicia. También, en la acción rural, aquellos que apuesten por invertir en el bosque gallego, mediante una sociedad de gestión forestal, pagarán menos en el Impuesto de Patrimonio. Esta medida completa las deducciones ya existentes en el impuesto del IRPF. 

En definitiva la apuesta por incentivar el rural, entre otras medidas, se centra en abaratar las inversiones desde el campo  de la fiscalidad pública.  A ello debemos sumar ayudas directas que la Xunta de Galicia determina para la recuperación del espacio rural vinculado al camino de Santiago.  Se calcula que en el 2018 la Xunta de Galicia dejará de ingresar en torno a los  396 millones de euros derivados de los beneficios fiscales que aplica a familias y empresas,  en el espacio rural, en un claro intento de fomentar el desarrollo de los espacios rurales y la renta de sus habitantes mediante la apuesta de impuestos cero, y de fomento de la atracción de inversiones . 

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