EURO / JOSÉ MANUEL RODRÍGUEZ-INORDE

"No acabamos de creernos que en Ourense somos muy buenos"

photo_camera José Manuel Rodríguez, gerente de Inorde.

José Manuel Rodríguez dirige el Inorde desde el año 2002 y es un firme defensor de las posibilidades del turismo en Ourense

José Manuel Rodríguez dirige el Inorde desde el año 2002. La agencia de desarrollo local acabó por asumir las funciones de promoción del turismo de la provincia, sector en el que este organismo se hace notar. El directivo del organismo adscrito a la Diputación es un firme defensor de las posibilidades del turismo en Ourense, pero solo si aprovecha factor diferenciador, el termalismo. Para sacarle todo su potencial las iniciativas deben ser lideradas por alguien o por alguna institución, en este caso la Diputación. Rodríguez cree necesario, por otra parte, otra mentalidad en los ourensanos y más unidad, con más colaboración. 

El Inorde es una agencia de desarrollo, pero también asume las competencias de turismo…

Bueno, en principio sí, pero el Inorde tuvo una etapa con unas funciones propias de un escenario político y social diferente, sobre todo antes de la crisis. Desde que asumió la presidencia de la Diputación Manuel Baltar, en el plan Ourense 92 una de las premisas que se incluían era reorientar el Inorde y se centró más en temas de desarrollo, de empleo, de turismo y hemos dado una vuelta a lo que se estaba haciendo. Llegamos más a la provincia centrándonos más en sectores y acciones estratégicas.

¿Se echa de menos la figura del Patronato Provincial de Turismo? ¿Fue una oportunidad perdida?

En la provincia, y en esto no somos distintos al resto, tenemos un problema que es el que no se agrupa, no colabora, no coopera y no suma. Un patronato no puede asumir unas funciones y después cada ayuntamiento llevar a cabo acciones por su cuenta. No puede ser que los miembros del patronato no asistan o no paguen las cuotas. Entonces dices que al final lo mejor es promocionar el turismo desde el Inorde y no nos complicamos la vida con un patronato, que al final no aportaba nada. La gestión del sector la seguimos haciendo igual, pero hemos pasado del papel y la feria a un escenario tecnológico donde puedes llevar todo la agencia de turismo en tu teléfono.

¿Es creíble que el turismo es un elemento sustancial de desarrollo?

Los ourensanos debemos creernos que un destino turístico tiene que tener un elemento diferenciador y el nuestro es el termalismo. Toda España tiene patrimonio, naturaleza o paisaje, pero termalismo no. ¿Qué ocurre? Que a la provincia le hacía falta esa apuesta fuera por el termalismo que está haciendo la Diputación ahora y eso significa sumar administraciones, sumar el sector privado y el público, y eso se está empezando a dar. La Diputación está liderando el Plan Termal y lo importante es que alguien lidere algo. Creo en el termalismo porque estamos trabajando en las infraestructuras y en la comercialización. Lo que tenemos que crear en Ourense es cultura termal, que la había hace décadas pero se había perdido. Luego tenemos que conseguir la que ciudad tenga, ya no digo un gran hotel termal, pero sí un gran centro de ocio termal que ayude los hoteles que tenemos en la ciudad. Ese el modelo de Budapest, de Karlovy Vary o Andorra.

Le he escuchado la palabra colaboración. ¿Es tan difícil conseguirla en algo de lo que todo el mundo habla, como el termalismo?

No es difícil pero hay algo que es importante. Alguien tiene que liderar, y no me refiero solo a una persona, sino a una institución y debemos pensar en la próxima generación y no pensar en el corto plazo. Si dejamos de pensar en el corto plazo, seguro que podemos unir administraciones para hacer cosas. En el plan termal de la Diputación hay un liderazgo claro y creo que es el momento idóneo para sumar y poder salir, sobre todo en estos momentos tan convulsos.

¿Es un tópico que la gente se sorprenda de lo que hay en Ourense y que seamos incapaces de ponerlo a producir?

Ese es un problema habitual en las provincias de interior. También aquí hay un antes y un después de la crisis en el turismo. El turismo es proporcional al bolsillo del consumidor y Ourense no se nutre de turismo internacional. Hubo una época en la que nació el Caribe para el turismo y todo el mundo quería ser Curro e ir al Caribe y ahora Curro se queda en proximidad porque ha repuntado el turismo interior. En esta Semana Santa, por ejemplo, hemos estado al cien por cien en muchos sitios de la provincia y creo que este tipo de visitas es el que nos va a dar importancia a Ourense desde el punto de vista turístico.

Si la ciudad es la referencia, ¿qué le falta para liderar la actividad turística?

Le falta la infraestructura balnearia porque la ciudad tiene una gran actividad cultural, es una ciudad muy cómoda para vivir, tiene un casco histórico precioso… Ourense tiene todo, pero le falta es motor que es el centro de ocio termal y cuanto más tardemos en tenerlo, peor.

¿Habrá algo que nos va ayudar, que es el AVE. ¿Nos estamos preparando?

En ese escenario hay que diseñar el plan de actuación, y hacerlo con urgencia. Si somos capaces de hacerlo, ganaremos; sino, el AVE pasará y punto. Nunca será una oportunidad perdida, pero es necesario que sumemos todos y trabajemos todos, como decíamos antes.

En términos de desarrollo, ¿cuál es la principal oportunidad y la principal amenaza que tiene la provincia?

La oportunidad es el capital humano. En el Inorde y en la Diputación estamos trabajando en la línea de potenciar emprendedores, autoempleo, etcétera, porque creo que Ourense tiene capacidad personas con capacidad para acometer empresas, aunque tenemos que acompañarles. Nosotros tenemos programas para ello, apostando por la formación y el acompañamiento, con consultoría. El capital humano para mí es fundamental y como amenaza es que no nos creemos nuestras posibilidades. En Ourense no nos damos creído que somos muy buenos. Oigo hablar con orgullo a otras personas de su provincia y en la mía no hay más que derrotismo. Yo he recorrido la Ribeira Sacra en Semana Santa y estaba a tope pero he visto que la gente no ayuda, no impulsa el turismo, no ayuda al turismo, se limitan a ponerle un café y poco más. Nos falta ese orgullo de ser ourensanos.

¿Cada persona que se va de Ourense es una oportunidad que se pierde?

O que se gana. Si una persona que se va pero vuelve, hay que darle condiciones para que pueda desarrollar aquí lo que ha aprendido en su experiencia fuera. Lo que deberíamos tener son medios en Ourense para que lo contraten, hacer la provincia más atractiva para que vuelvan.

¿Por qué esta el sector primario tan abandonado en Ourense y no lo está tanto en otras provincias?

Porque en otras provincias, caso de Lugo, no hay minifundismo. Hay tres productos en Ourense que son claves y se deben aprovechar: el vino, la castaña y la patata. El vino es fundamental porque el valor añadido queda en Ourense porque aquí se hace todo, hasta la botella y el etiquetado. La castaña deja fuera su valor añadido y la patata, mucho más. Si no funcionan estos sectores o la agricultura en su conjunto es porque hay que agruparse, como ha pasado en muchos otros países. Además, los agricultores deben considerarse empresarios y todavía se consideran labradores, tienen que innovar, buscar la comercialización, etcétera. Hace falta un cambio de mentalidad.

¿La juventud se siente atraída por la agricultura?

Hemos hecho unas jornadas sobre poda e injerto de castaño y ha quedado gente sin poder asistir y el 80% era gente joven. Ahí hay un líder claro, el castaño, que hay que replantar y que hay que reactivar. Creo que habrá un retorno al campo porque veo que hay gente joven cada vez más interesada. Cada vez hay más gente emprendedora y gente muy joven, pero ojalá lo haga con otra mentalidad, con criterio de colaboración, unidad y de empresa.

¿Hay en la actualidad en Ourense 170.000 metros cuadrados de suelo empresarial vacío, hay rebajas de hasta el 50% y ni así se vende?

Hay que estimular con precio el suelo que está vacío, pero algo se está vendiendo. No para inversión inmediata, pero sí para futuras inversiones. Hoy una empresa se implanta con el riesgo calculado al máximo y por eso no hay implantaciones como había antes. La implantación es más lenta pero sí hay demanda de suelo.

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