ENTREVISTA

José Saúl Álvarez, director de Be One Ourense: "Nuestros centros son para la salud"

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José Saúl Álvarez es el director de los tres centros de Be One en Ourense: dos como concesión administrativa del Concello (Oira y Eiroás) y otro privado (Progreso)

José Saúl Álvarez es el director de los tres centros de Be One en Ourense: dos como concesión administrativa del Concello (Oira y Eiroás) y otro privado (Progreso). Los comienzos se produjeron en el 2011, con Oira, un proyecto ilusionante pero que tuvo sus dificultades. Años después la resultante es positiva y las perspectivas son halagüeñas. La cultura del bienestar y la salud ha ido a favor de este tipo de centros. A día de hoy la experiencia es muy positiva. 

¿Podemos hablar de éxito en la trayectoria empresarial?  

Desde mi punto de vista, sí, sobre todo por la combinación que hemos conseguido entre los centros de Eiroás y Oira, que se complementan muy bien. El abonado tiene en Eiroás muchos servicios familiares que complementa muy bien en Oira en el verano con las piscinas o los campamentos. 

¿Por qué se produjo el salto de Serviocio a Be One?  

No soy especialista de marketing. Yo soy de Serviocio de toda la vida pero se entendió que Be One era un nombre más comercial, más actual. El cambio se acometió por imagen y por actualizar la marca. Somos los mismos, trabajamos exactamente igual pero bajo un prisma y una imagen diferente. 

¿Hablamos de centros deportivos o para la salud?  

A mí me gusta llamarles centros para la salud. Somos centros deportivos donde la clave está en hacer ejercicio, más que deporte, pero la sociedad nos está pidiendo cada vez más que seamos especialistas en ejercicio para la salud. Cada vez hay más gente que no hace ejercicio, con vida sedentaria u obesidad. También problemas cardíacos relacionados con la alimentación y la falta de ejercicio. Nuestros centros, para los próximos años, deberán de enfocarse hacia la salud de nuestros clientes. 

¿Cuántos socios llegan empujados por el médico? 

No te sabría decir, pero sí estamos concienciados en proporcionarle a la gente hábitos de vida saludables. A la gente le cuesta mucho cambiar de hábitos aunque se lo diga el médico. Puede venir por prescripción el primer mes pero si no tienes hábito es muy difícil que esa reacción se convierta en una costumbre. Nos estamos centrando en unas personas que vienen aquí sin un objetivo claro y nosotros tenemos que hacer que eso sea un hábito, porque va a ser fundamental en su vida. En estos momentos tenemos socios por encima de los 65 años y son los que más fidelizados están porque lo viven, porque han visto cómo era su vida sin hacer ejercicio y cómo es su vida ahora. Les ha cambiado su vida totalmente. Tenemos un asociado que tiene ya sus años y suele decir que esto es como una farmacia. 

¿Este es un buen negocio?  

Es un buen negocio si piensas mucho en el cliente. Si somos capaces de satisfacer sus necesidades, es un buen negocio. Si solo pensamos en hacer dinero, estarás transmitiendo algo que no es real y eso a la larga no da resultado. 

¿Ha venido mucha gente al sector a hacer solo negocio?  

Sí, cada vez más. De hecho, en el mundo del fitness cada vez hay más empresas constructoras. Seguro que aportan buenos precios a la hora de construir, ponen buenos gestores al frente de los centros y los ponen a funcionar. Algo quiere decir que eso se produzca, como que también cada vez haya más empresas de capital riesgo porque ven que hay retornos. Esa es una realidad incuestionable.

¿Con los tres centros que tienen está cubierta la capacidad de crecimiento o hay planes de inversión a la vista?  

De momento no nos hemos planteado más que lo que tenemos. Tenemos que trabajar un poco más para que nuestro centro de Progreso mejore y centrarnos en dar buen servicio en nuestro centro estrella que es la combinación de Eiroás con Oira. Nuestro objetivo fundamental ahora es procurar que nuestros clientes estén satisfechos, que es complicado tener a todo el mundo contento. 

¿Qué le pasa al centro de Progreso?  

Posiblemente a la gente le confunda un poco que se llame Progreso porque en realidad está en la Alameda do Cruceiro. Decidimos estratégicamente ponerle Progreso y mucha gente lo asimila a esa calle y luego no lo localiza. Por otra parte, pensando en el sector de población en el que nos hemos centrado, no hemos tocado las teclas que debíamos porque es un centro muy diferente a los otros. Eiroás y Oira están muy centrados en la familia, con muchos servicios pensados en ellos, y el centro de Progreso está muy centrado en el abonado individual, como entrenador personal. 

¿Hay intrusismo en el sector?  

Sé que están abriendo centros en la ciudad, a lo mejor muy pequeños, gente que es licenciada en Educación Física, centrada en entrenamiento personal y como fórmula de autoempleo. Eso no es ni intrusismo ni competencia desleal. Cada uno tiene que buscar su hueco en este negocio. Hay algunas tendencias como por ejemplo la electroestimulación que ha supuesto que algunos centros hayan abierto basándose en un cinturón que te da estímulos eléctricos y que parece que te pones como una rosa con veinte minutos al día. Esas cosas siempre las ha habido y las seguirá habiendo. Cuando no tienes un hábito sueles querer resultados de forma inmediata. El resultado del ejercicio en la salud da resultado en el cien por cien de los casos pero requiere esfuerzo para toda la vida. Y si no lo haces, no cumples. Vivimos en un mundo donde queremos las cosas ya y en estas actividades eso es imposible.

¿Cuando irá Be One a prestar servicios a residencias, empresas, clínicas o balnearios?  

Ya hemos empezado a trabajar con alguna empresa y es un área por explotar porque las empresas verían como se pueden reducir sus gastos en bajas médicas en trabajos que requieren esfuerzo físico. Estar en forma reduce las bajas laborales y es un ahorro importante. En Finlandia incluyen en su jornada de trabajo una hora de ejercicio al día y yo creo que eso llegará a España. No sé cuando, pero llegará. Estoy convencido.

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