ÁGORA ECONÓMICA

La operativa y los riesgos en la actividad comercial a crédito

Stacks of golden coins, clock and the financial chart as background. Selective focus

Buena parte de la actividad comercial de las empresas se asienta en la venta a crédito, dada la necesidad que tienen estas de colocar sus productos entre sus clientes ante la creciente competencia en los mercados a la que están expuestas, circunstancia que les obliga no solo a ofrecer los mejores precios, sino unas condiciones muy ventajosas en cuanto a los periodos de pago correspondientes a esa ventas realizadas

El riesgo implícito que supone el aplazamiento de pago a clientes no es más que el posible incumplimiento del mismo, lo que podría derivar en problemas de liquidez para quienes lo otorgan que, en caso de generalizarse dichos incumplimientos, acabaría por afectar al grado de solvencia financiera de las propias empresas.

Entre los elementos que podrían condicionar dicho incumplimiento destacaríamos los factores macroeconómicos y microeconómicos. Los macroeconómicos se refieren a cuestiones propias del entorno que pudiesen afectar a la marcha del negocio de los propios clientes. El riesgo regulatorio, el que tiene que ver con el ámbito normativo; el político, referido a la falta de estabilidad en las instituciones del país de referencia del cliente; y el de mercado, el que tiene que ver con las variaciones de los precios de los insumos, del tipo de interés, del tipo de cambio, etc.…

Entre los microeconómicos tendríamos tres tipos de riesgos: el operativo, el de liquidez y el de crédito. El riesgo operativo tiene que ver, fundamentalmente, con la gestión interna del negocio y, en este caso, con el procedimiento de gestión relativo a la concesión de riesgo de crédito a los clientes. Como consecuencia de una mala gestión del riesgo por parte del departamento responsable de la concesión de crédito es cuando se suceden los problemas de liquidez. La falta de cumplimiento de las obligaciones de pago por parte de los clientes acaba ocasionando esa falta de liquidez en la propia empresa al no recibir esta los recursos líquidos que tenía comprometidos y con los que tendría que hacer frente a sus obligaciones.

Una mala praxis llevada a cabo en la operativa comercial puede acabar derivando en un problema financiero, el cual puede llegar a comprometer la propia continuidad de la empresa como tal. No solo los malos planteamientos en términos de endeudamiento o estratégicos pueden provocar la desaparición de la empresa, la falta de criterio y control en el desarrollo del negocio puede convertir una idea de largo recorrido en un fracaso estrepitoso.  En Europa, según las estadísticas oficiales, una de cada 4 empresas desaparece por problemas de liquidez inducidos por la falta de pago de sus clientes.

El control del riesgo de crédito comercial se hace muy necesario para garantizar la buena marcha de la empresa. Para ello, se hace muy necesario el poder cuantificar el riesgo financiero que va a implicar cada una de las operaciones comerciales en curso, en base al grado de solvencia que presenten los potenciales clientes, así como determinar la viabilidad del negocio y la tendencia del sector o espacio económico en el que los clientes desenvuelven su actividad. Por todo esto, se hace necesario disponer de la mejor información económico-financiera que permita calibrar con la mayor precisión posible el riesgo crediticio de todos los deudores integrantes de la cartera de clientes.

La forma de neutralizar el riesgo comercial o de negocio en el que incurren las empresas, cuando establecen estos aplazamientos en el pago a sus clientes, se podría orientar de varias formas. La contratación de una cobertura de seguro de impago o la formalización de operaciones bancarias a través de las cuales se adelanta el importe principal de la operación comercial en cuestión, una vez descontado un porcentaje del mismo en concepto de coste financiero. También se podrían establecer garantías bancarias destacando el uso de esta alternativa en las operaciones referidas a la exportación, los conocidos Créditos Documentarios. Cualquiera de estas alternativas lo que persigue, es cubrir a la empresa acreedora de cualquier tipo de insolvencia o quebranto económico que pueda venir del cliente o deudor, y que le pueda llevar a una situación de dificultad financiera.

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