Creando marca

Ourense se asoma a la recuperación, pero sigue con lastres estructurales

photo_camera L.R.

Ourense arranca el año 2018 con un nivel de paro previo a la crisis del 2007,  con unas cifras de ventas internacionales en aumento, pero a la vez con un perfil de tamaño de empresa reducido por numero de empleados, y por niveles de facturación. A ello, debemos sumar otras realidades, como el nivel de innovación, que sigue siendo reducido en patentes, o que se está produciendo un envejecimiento de la población, y por tanto de la mano de obra del mercado laboral. 

El paro es una de las mayores preocupaciones de la población ourensana y sus cifras son consideradas un termómetro de la situación real desde el punto de vista económico. Ourense en el año 2017 ha terminado con una tasa de paro por debajo del 14% (13,69%), según los datos de la EPA del cuarto trimestre.

Esta cifra significa el mejor valor desde el año 2009, y se encuentra lejos de los valores techo que se iban repitiendo a lo largo del año 2013 , donde la provincia se acercaba a valores del 25% de paro. 

Los datos de la EPA nos indican que en el 2017 la lista del paro se ha reducido en 7.900 personas, lo cual sin duda es una buena noticia pero profundizando en los datos debemos considerar una serie de tendencias. La tasa de ocupación alcanzó un incremento del 4%; es decir, que salieron del paro 4.400 personas por encontrar empleo, pero a la vez 3.500 personas (2,6%) abandonaron el mercado laboral. 

Estas cifras nos muestran una doble realidad, que se está creando empleo, pero a la vez la mano de obra de la provincia se esta reduciendo  por la evolución natural de la población en Galicia y en España.

Esta situación se agudiza por el desequilibrio de la población activa, ya que de los 272.000 ciudadanos mayores de 16 años, solo 130.200 conforman el mercado laboral activo, el resto  (más de 140.000 personas) se encuentran fuera de dicho mercado. 

Así se refleja en la tasa de actividad (47,82%) 10 puntos inferior a la media nacional y muy lejos de cifras centroeuropeas, que superan el 70% de la población.

Por lo tanto, se está perdiendo potencial de mano de obra y a la vez observamos un proceso de envejecimiento de la población. En total, el paro se sitúa en 17.800 personas, lejos de los más de 33.800 que la provincia llegó a sumar en el año 2013. 

Los datos recogidos por la EPA también dan cuenta de una importante brecha de género en el escenario laboral ourensano. Los hombres son mayoría, tanto en el censo de población activa (52%) como en el de ocupados (53%), pero son menos en los indicadores de desempleo. De los 17.800 parados a cierre de 2017, 8.600 son hombres y 9.300 mujeres.

La tasa de paro femenino es del 14,9% frente al 12,6% en el ámbito masculino. La situación de la población se señala por parte de los agente socioeconómicos como un factor fundamental en el análisis del futuro de la provincia. 

Los datos reflejan un territorio envejecido, con más peso de la población mayor de 65 años y con un rural en pérdida constate del balance vegetativo. Fruto de ello, la mitad de los hogares del territorio son mayores de 65 años, y que año a año va perdiendo población en el espacio rural. 

En general, el territorio está en un proceso de pérdida de población contante desde la década de los setenta. Ourense contaba a finales de esa década del siglo pasado con más de 470.000 habitantes y actualmente la cifra se ha reducido a menos  de 320.000; es decir, uno de cada tres menos.

Esta situación se alivia en parte con las cifras del proceso migratorio donde en el último año muestran datos positivos por  la recepción de inmigrantes, sobre todo de origen sudamericano, y en especial por la situación de Venezuela, país de mayor llegada de personas.

Demografía empresarial

Las cifras de la provincia muestran que el número de empresas alcanza el valor de 23.140 a finales del año 2017, una cifra que representa un incremento de 78 empresas más en relación al año 2016, pero todavía esta lejos de las cifras del año 2007 de 23.711 empresas.

El dinamismo empresarial de Ourense muestra unas cifras moderadas en relación al peso de Galicia, ya que el territorio gallego ha alcanzado la cifra de 3.854 empresas nuevas en el mismo periodo de tiempo. La provincia de A Coruña es el gran motor de creación de empresas, con más de 1.500  altas en el registro. 

El tejido empresarial se concentra en más de un 50% en empresas sin trabajadores. La crisis afectó de lleno a empresas consolidadas, en especial del sector de la construcción e inmobiliario, que está siendo sustituido en la recuperación por nuevas empresas  todavía de tamaño reducido y mayoritariamente unipersonales.

Las empresas crecen en un entorno que lo permite. Un entorno que después de los duros años de la crisis empieza a generar expectativas positivas. Un ejemplo son las exportaciones, donde Ourense muestra datos en claro crecimiento. Las cifras superan la barrera de los 1.700 millones de euros y un incremento interanual del 13%. Este salto cuantitativo se debe al desarrollo de la demanda de los mercados de la zona Euro, en especial Holanda, Francia, Portugal o Reino Unido. 

Los sectores estrella de la internacionalización los podemos encontrar en el textil (17,9%), y en la pizarra unido a la fabricación de maquina herramientas. Como vemos en la radiografía, Ourense recupera su espacio económico perdido tras la crisis con una mejoría en su capacidad  de venta internacional, al tirón de las mayores empresas, pizarra y textil, pero a la vez se mantienen los problemas estructurales, de baja intensidad innovadora, bajos salarios, brecha de género y pérdida continuada de población juvenil en edad de trabajar, así como de habitantes del medio rural.

Te puede interesar