CREANDO MARCA

Las posibilidades de Ourense pasan de largo por falta de unidad y cooperación

photo_camera Panorámica de la ciudad

El turismo no supera sus registros, los parques empresariales no se llenan y la innovación no acaba de llegar. Las grandes inversiones son a cuentagotas aunque de cierto valor socioeconómico. Y la cooperación público privada no acaba de recoger sus frutos y en general el ciudadano no acaba de creerse el futuro de la ciudad. El resultado: la pirámide social no se fortalece. 

La provincia de Ourense muestra una serie de ventajas competitivas y oportunidades económicas que no acaban de “explotar” en todo su potencial y desarrollo. En otros espacios territoriales se muestran resultados adecuados en cuanto a creación de empleo y riqueza. Ourense, y así queda constatado en los distintos informes, planes o discursos políticos, económicos y sociales, aúna una serie de posibilidades socioeconómicas que esperan tiempos mejores.

Por ejemplo, el turismo.  Parece ser la gran solución y en el caso de España, como es de todos sabido, es el motor de la salida de la crisis. 

Si observamos desde un contexto ourensano formamos parte de un país que recibe más de 80 millones de turistas internacionales, segundo lugar del planeta solo por detrás de Francia, y con más de 150 millones de movimientos turísticos en un año. 

Además, formamos parte de una comunidad autónoma que recibe más de 5 millones de turistas, principalmente del resto de España, pero Ourense ocupa un puesto modesto en los ránkings nacionales y recibe una muestra modesta de turismo internacional. Los motivos, según los expertos, hablan de un problema de raíz: no somos conocidos en los circuitos turísticos. La apuesta pública por atraer demanda está “en ello”, y campañas como la presencia en la Vuelta Ciclista, el Ourense Termal, o la candidatura de la Ribeira Sacra como Patrimonio de la Humanidad pueden ser valores de interés. Un dato: Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad, atraen unos 450.000 visitantes año. Más, en algunos años, que toda la provincia Ourensana. 

La verdad es que cuando se cuenta en el exterior las virtudes de esta provincia, se convierte en un destino atrayente. Gastronomía, destino sanitario, de relax, o de cultura son factores atrayentes, unido a dos valores de gran interés, precios contenidos y un destino que no está saturado. Es decir, la primera conclusión es que Ourense no es un espacio de referencia en un contexto internacional, salvo honradas excepciones como el textil o el desarrollo de un tipo de pizarra de gran calidad. 

En segundo lugar, la dificultad de la cooperación interempresarial o con la administración pública. Es un gran motor y un buen ámbito para el desarrollo de nuevos espacios económicos. Pero en este sentido vemos como a pesar de la presencia de un gran ejemplo europeo como es la cooperativa Coren, el cooperativismo o la colaboración a nivel local, según los expertos, no acaba de “cuajar” en el espacio provincial. Lo vemos reflejado en consorcios para desarrollar licitaciones públicas, proyectos de I+D o en apuestas por la internacionalización en conjunto. 

La cooperación público privada, y el desarrollo del efecto “derrame” desde grandes empresas a pequeñas de forma cooperativa es otro gran factor de apuesta por el futuro de un territorio y donde Ourense debe hacer los deberes más allá de reuniones fotográficas. 

Un buen ejemplo es el sector de automoción, con importante presencia de grandes grupos empresariales, creadores de empleo y de inversión pero que según los análisis económicos apenas generan efectos “derrame” en forma de proyectos económicos cooperativos con empresas locales. 

Pero el ejemplo más visible de la falta de cooperación lo podemos ver en el día a día del Concello de la capital donde los partidos políticos no se ponen en acuerdo para desarrollar un  consenso para el desarrollo socioeconómico de la ciudad. Y nos encontramos con “anomalias” como proyectos culturales con retrasos de más de 10 o de incluso 20 años. 

La cooperación es un factor clave para incidir en una riqueza de una provincia que alcanza 19.526 euros per capita de PIB, según INE (6.175.905€ total de la provincia). Otro factor de consideración es lo que los economistas bautizan como aversión al riesgo. Es decir, la capacidad o aceptación de asumir el riesgo inversor y por tanto aceptar la pérdida económica, si se produce. Un ejemplo, según el Banco de España, Ourense cuenta con más de 8.000 millones en depósitos bancarios a lo que deberíamos sumar el ahorro acumulado e forma de viviendas o bajos comerciales en propiedad. Frente a ello, el nivel de inversión provincial es mucho más bajo. De todos conocido es que el ahorro de la antigua Caixa Ourense fue un factor vital en el desarrollo de las sucesivas entidades en las que se integró. Ahorrar es algo bueno, y eso hemos visto en la crisis, pero invertir es necesario para crear empleo y empresas, crecer e internacionarse. En un tejido empresarial que muestra un tamaño reducido (98% de empresas sin  empleados) y que  apenas se lanza a mercados nacionales e internacionales. Ourense tiene una serie de dificultades internas para desarrollar su tejido socioeconómico, pero en honor a la verdad, debemos decir que también da muestras de presentar potenciales en marcha como el sector TIC, el agroindustrial o la siderometalurgia. El desarrollo del potencial esta en nuestras manos y debe ser en una vertiente innovadora y cooperativa. 

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