ÁGORA ECONÓMICA

La relevancia económica de la empresa familiar

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¿Qué tienen en común empresas como Gadisa, Finsa, Jealsa o Pérez Rumbao? Todas ellas y otras muchas que se podían citar, son algunos ejemplos de empresas familiares que operan en nuestra comunidad autónoma. 

En efecto, las empresas familiares en Galicia (y también en toda España) tienen un importante papel sobre el empleo y la generación de riqueza. A partir de la información ofrecida por la Asociación Gallega de Empresa Familiar (AGEF) más del 92% de las empresas gallegas son de naturaleza familiar. Conjuntamente estas entidades aportan el 85% del Valor Añadido Bruto empresarial de Galicia, una cifra cercana a los 18.000 millones de euros anuales. El nivel de empleo generado por estas entidades asciende al casi el 84% del empleo privado generado en Galicia, una cifra superior a los 394.000 puestos de trabajo. Por lo tanto, su relevancia económica en volumen de empleo y riqueza es vital para nuestra comunidad autónoma. 

Además, en los últimos años, y a pesar de la crisis económica, las empresas familiares han sido las únicas que han conseguido crear empleo. Esto significa que este tipo de entidades ha preferido sacrificar rentabilidad y beneficio a cambio de crear nuevos puestos de trabajo. O dicho de otra forma el ajuste por la crisis económica se ha producido vía reducción de beneficios en las empresas familiares, mientras que las no familiares el ajuste se ha producido en términos de empleo. Dos formas distintas de enfrentarse a la reciente crisis económica, tal y como ha señalado la Cátedra de la Empresa Familiar de la Universidad de Vigo en su nota 1/2016, El impacto de la crisis en el empleo, la facturación y los beneficios: Empresa Familiar vs Empresa no Familiar.

A tenor de las cifras presentadas y su mejor comportamiento en relación al empleo, es necesario conseguir una gestión correcta, ya que su estructura organizativa es muy diferente a las entidades no familiares. Lo anterior no es baladí, ya que teniendo en cuenta la distribución del empleo generado por las empresas gallegas, es muy probable que una parte importante de los trabajadores gallegos se encuentre trabajando o en un futuro lo haga en una empresa familiar. Sin duda, la necesidad de articular debidamente la gestión de este tipo de entidades con ciertas características especiales hace muy necesario el conocimiento en este campo. 

Sin duda, el relevo generacional es otra de las cuestiones más importantes que condicionan el funcionamiento presente y futuro de las empresas familiares. Esto es así porque la sucesión en la empresa pasa de ser una cuestión de naturaleza puramente familiar a convertirse en algo necesario para poder perpetuarse en el tiempo. Se han dado caso de importantes empresas familiares que, por no planificar adecuadamente la sucesión, dejaron de tener estas características o en el peor de los casos desaparecieron.  

Unido a lo anterior está muy presente la fiscalidad de las empresas familiares. No hay duda que la carga impositiva puede afectar a las decisiones empresariales. Sin ánimo de ser exhaustivo, ya que la temática tributaria puede resultar bastante compleja, los impuestos sobre el funcionamiento de las empresas, tanto familiares como no familiares, puede afectar en cuatro momentos. En primer lugar, previamente a su constitución, ya que se puede optar por fiscalizar la actividad como rendimiento de la actividad económica, tributando hasta un tipo marginal del 45% en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o al 25% (pudiendo llegar en ocasiones al 15%) en el Impuesto de Sociedades (IS). En segundo lugar, los impuestos pueden afectar a la distribución de beneficios en el IRPF, pudiendo soportar hasta el 23% como rendimiento del capital mobiliario o del 25% como beneficio en el IS. Tercero, sobre el mantenimiento del beneficio, que puede llegar a soportar hasta el 3,03% en el Impuesto de Patrimonio. Y, finalmente, cuando se produce la transmisión lucrativa de la empresa o la actividad económica, bien a través del Impuesto de Sucesiones (mortis causa) o Impuesto de Donaciones (inter vivos). Así, en Galicia el tipo máximo es del 18%, contemplando importantes reducciones por parentesco para los grupos I y II y por transmisión de empresas familiares, si se cumplen ciertas condiciones. 

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