753.000 asalariados no trabajaron ni un solo día en todo el año pasado en España. La tasa de absentismo laboral repunta hasta el 5,3%, un nuevo máximo histórico, y crece espacialmente en el sector industrial
El absentismo laboral se dispara en España y marca un nuevo máximo histórico al alcanzar una tasa del 5,3%. El equivalente en personas es de 753.000 los asalariados que el año pasado no acudieron ni un solo día a su puesto de trabajo. El coste laboral para las empresas roza los 7.000 millones de euros y en términos de la producción de bienes y servicios que se dejaron de producir, asciende a los 70.700 millones.
Adecco Group Institute, autor del informe, revela que en 2018 se han perdido más de 100 millones de horas de trabajo cada mes y que la pérdida total de horas llegó a casi 1.350 millones, 100 millones más que hace un año.
Por sectores, la industria es la actividad que registra la tasa de absentismo más elevada (5,6%), seguida del sector servicios (5,4%), mientras que la construcción (3,6%) tiene la más baja.
La incidencia de los procesos disminuye en función de la edad de forma que, en el grupo de hasta 24 años se alcanza el mayor índice (47,6%). Sin embargo, el índice de días de baja se incrementa a medida que aumenta la edad.
Por regiones, las horas no trabajadas por absentismo muestran una tendencia ascendente en casi todas las comunidades autónomas entre 2000 y 2018, especialmente en Andalucía, Castilla-La Mancha y Baleares.
El año pasado se produjeron más de 5,2 millones de procesos de incapacidad temporal por contingencias comunes, un 12,7% más que en 2017, mientras que la población media protegida ha crecido únicamente un 3,4%, hasta los 17,3 millones de trabajadores.
Teniendo en cuenta el tipo de baja, el 85,5% fueron por contingencias comunes (enfermedad común o accidente no laboral). Además, si se tiene en cuenta el género, las mujeres registraron un mayor índice de bajas de más de 90 días que los hombres.
El gasto de prestaciones económicas por incapacidad temporal por contingencias comunes, a cargo de las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social, ascendió a 7.500 millones de euros, un 12,8% más.
