Señales de alerta ante los fondos europeos

Sede de la Comisión Europea, en Bruselas.
photo_camera Sede de la Comisión Europea, en Bruselas.
La agencia de calificación de riesgo estadounidense Moody’s duda que el Gobierno español sea capaz de ejecutar los fondos Next Generation y aprobar las reformas estructurales. Sánchez se la juega.

En la prensa se suceden titulares como este del diario El Economista que dice: “Fondos Next Generation EU: el sector privado se inquieta ante la falta de concreción”. O estos dos de La Región: “La Xunta critica el reparto de los fondos europeos” y “Ethel Vázquez, sobre los fondos Next Generation: ‘No atienden a las singularidades de Galicia’”. En la radio repiten y repiten dos cuñas de Next Generation: en una el Gobierno de España recomienda combatir el sedentarismo y aclara que el mensaje está patrocinado por Next Generation, y en otra cuña, la UGT anuncia un curso de informática Next Generation. Tal cual.

¿Estamos en serio o de broma? ¿Hay alguien al frente de todo esto? ¿O estamos de cachondeo? La agencia de calificación de riesgo estadounidense Moody’s, que realiza la investigación financiera internacional y el análisis de las entidades comerciales y gubernamentales, ya duda que el Gobierno de España sea capaz de ejecutar los fondos europeos y aprobar las reformas y, a ese respecto, en el diario El Mundo titulan: “La ‘ineficiencia’ del sector público limitará el impacto de los fondos europeos en España”.

Los fondos Next Generation no solo están financiando cuñas de radio, también dieron pie para que El País y Deloitte organizasen, por ejemplo, el encuentro titulado “Fondos europeos para la transformación: diseñando una estrategia país”, a propósito de “un maná de recursos englobados bajo el fondo de recuperación Next Generation, que pretende dar un nuevo impulso a los proyectos de valor estratégico que el país necesita para transformarse.”

El diario de Prisa, más cercano al Gobierno de Pedro Sánchez que El Mundo, sostiene que la meta es “afianzar una economía más sostenible y digital”, también “más resiliente a las crisis y con menos brechas sociales”, pero admite que “el camino a seguir no es sencillo.”

España, que ha recibido los primeros 9.000 millones de euros, un 13% del total que obtendrá hasta 2026, tiene por delante un panorama complejo: hace frente a un recorte en las expectativas de crecimiento, altas tasas de inflación y un creciente encarecimiento de la energía, según el diario más influyente de los afines al Gobierno.

El riesgo de perder el tren de la modernización de España no es una maledicencia de la oposición. Next Generation EU no ha encontrado todavía a un Berlanga del siglo XXI que actualice su mítica película de 1953 Bienvenido Mr. Marshall, no tanto porque el flamante plan europeo vaya a pasar de largo como sucedió, en España, con el plan americano para la recuperación de Europa, sino porque las expectativas –más allá del Ibex-35– pueden causar frustración en muchos pueblos como aquel empobrecido Villar del Río ideado por Berlanga, Bardem y Mihura en su demoledor film de una España en blanco y negro.

Suele decirse que estos fondos europeos no tienen cuotas territoriales, lo cual es cierto, pero se oculta que tendrán importantes consecuencias territoriales. España es un país cuasi federal, descentralizado, lo cual no impide que sea un país donde el poder económico y financiero está cada vez más concentrado; básicamente, en Madrid y Barcelona. Por tanto, si los grandes proyectos se vehiculan a través de las grandes empresas, en buena lógica reforzarán el poderío de Cataluña y Madrid, tal vez con alguna concesión a Euskadi, vía Repsol e Iberdrola, alertan los autores del libro Cómo salir de esta (II).

@J_L_Gomez

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