LO QUE DEBERÍAS SABER

La tendencia de las gasolineras low cost llega a España y ya suman el 5% del total

2,2% de crecimento anual, en el número de estaciones de servicio low cost en España 

Hablamos del auge de las gasolineras fantasma, desatendidas o low cost, como si del escenario de la ciudad fantasmagórica de Comala se tratase, trazada por Rulfo en “Pédro Páramo”. 
Se calcula que existen unas ochocientas en España, algo más del 5% del total.  Nacieron acunadas por la sobriedad y así perviven. Su funcionamiento sencillo es la base de un  abaratamiento de costes: El conductor llega a una estación de servicio, en la que no hay nadie, reposta por su propia mano, paga en una máquina y sigue su ruta;  y la gasolina resulta unos diez céntimos más barata que en otros establecimientos. 

Juan Preciado, en Comala, también se encuentra con fantasmas, gasolineras desatendidas, estaciones de servicio automatizadas, sin personal de atención al público. 
Pero como todo, tiene sus detractores. Muchos critican que elimina puestos de trabajo, otros apoyan su argumento en la falta de accesibilidad para minusválidos; otra tesis, es que hacen imposible cualquier reclamación, pero una de cada cinco gasolineras, en España, ya es “low-cost”. 

El número total, se situó al cierre del ejercicio 2015, en 10.947 establecimientos, un 2,2% más que un año antes y poco a poco, van comiendo terreno a las estaciones de servicio tradicionales de las grandes petroleras como Repsol, Cepsa, BP y Galp. El espejo donde debemos mirarnos es Dinamarca, un país con más de 1.000 establecimientos de este tipo, destacando igualmente otros países como Suiza, Holanda o Francia ofrecen gasolina más barata, porque ahorran en personal y en suelo aunque las gasolineras tradicionales argumenten, que la calidad del combustible es menor. Quien se encarga,  casi en exclusiva del almacenamiento, transporte, y distribución de carburante, a todas las gasolineras de España, es el grupo CLH, la Compañía Logística de Hidrocarburos y esta empresa tiene que cumplir la norma EN22, impuesta por el estado, que garantiza un nivel de calidad del carburante, para el consumidor final. Partimos de la base, de que la calidad de la gasolina, que se carga en los tanques de todas las gasolineras españolas es la misma, no obstante, cada marca de gasolinas añade unos aditivos a su carburante que son propios de la marca en cuestión. Éstos, sirven para dar a los carburantes unas propiedades determinadas que tienen por objetivo mejorar su rendimiento y proteger el desgaste del motor. 

Y esto no quiere decir que el carburante de las gasolineras low-cost no tenga aditivos ya que los aditivos que se incorporan variarán según la gasolinera en cuestión. También están las gasolineras low cost en supermercado, basan su oferta comercial en ofrecer un % de descuento sobre la cantidad total de tu repostaje. Este descuento suele estar entorno al 3%; porcentaje se acumula para la compra en el supermercado adherido a esa gasolinera. Para la OCU, prohibir la mayor parte de las gasolineras fantasma, no es la prioridad, porque es ir en contra de Europa y la competitividad. Lo que sí tendría que hacer la Administración es obligar a que se informe antes de desviarse de una carretera qué tipo de gasolinera se va a encontrar. 
Gasolineras desiertas y gentes solitarias, quizás sea éste un signo más del tiempo que vivimos y nos conforma

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