IMPULSAR UNA FRANQUICIA

El triángulo decisivo para el establecimiento lo forman el local, el servicio y el producto

Presenta un perfil de riesgo modesto

El franquiciado cuenta con la iniciativa empresarial, pero ésta no en un 100%, ya que su sustento es  la marca que está explotando. El negocio suele desarrollarse, con una inversión reducida, en locales pequeños de unos cien metros cuadrados, con un equipo de entre cuatro y diez personas. Y será un negocio rentable, si se logran captar a los clientes y fidelizarlos. La franquicia es un ente vivo y flexible, y así sobrevive, adaptándose, viviendo en una constante actualización del producto, pero sin perder el perfil de la marca. Una franquicia de comida rápida, tiene su hábitat, cerca de entornos laborales, con gran movimiento de personal, encontrando viabilidad en las zonas de oficinas; lugares  donde el ritmo laboral está marcado por la prisa y la inmediatez.

Nuestro local eficiente, respondería así a las querencias de un trabajador estresado, con poco tiempo para el almuerzo. Y el gasto que hiciésemos en personal, no sería excesivo, ya que sólo habría que contratar en cocina y mostrador, no  necesitaríamos  para atender en las mesas. Es fundamental aún así contar con servicio a domicilio en un radio de un kilómetro;  y  será indispensable una  página de internet del establecimiento, de ese modo se  recibirán los pedidos vía web; sobra decir que es imprescindible, una línea telefónica. El servicio que prestemos, será una de las llaves para el éxito de nuestro negocio. Su horario deberá acompasarse con la determinada zona en que se ubica, y la funcionalidad de la misma.

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