TASAS - RECICLAJE

La Unión Europa aprueba una nueva legislación sobre bolsas de un solo uso

OURENSE (ALAMEDA). 01/11/2017. OURENSE. Restos del botellón juvenil con basura, vómitos y cristales rotos incluso en el parque infantil. FOTO: ÓSCAR PINAL

La elección de España es exigir que el consumidor pague por este tipo de bolsas si decide usarlas.

Las bolsas de plástico son un contenedor habitual en nuestra cesta de la compra, pero con su habitual consumo de usar una vez y tirar se ha convertido en un importante problema para las sociedades modernas, lo que repercute en un grave problema ambiental mundial. Esos problemas empiezan con su fabricación y terminan con un difícil proceso de recuperación.

La Unión Europa apuesta por reducir el uso cotidiano del plástico, para lo cual ha aprobado, entre otras medidas, la Directiva 2015/720 del Parlamento Europeo y del Consejo de 29 de abril de 2015, en lo que se refiere a la reducción del consumo de bolsas de plástico ligeras.

Dicha Directiva se sustenta en el contexto de la preocupación del gobierno europeo por las elevadas cifras de consumo de bolsas de plástico y por sus efectos nocivos, así como por los escasos éxitos en las campañas de reducción en la mayoría de países europeos.

Recogiendo un listado de posibles razones para no usar este tipo de recipientes podemos hablar de su origen: se fabrican a partir de derivados del petróleo, en un país como España donde pagamos al exterior más de 37.340 millones de euros en importar hidrocarburos, en el conjunto de 2017, según los datos de cierre anuales publicados por el Ministerio de Economía. 

A ello debemos sumar efectos como  que este tipo de bolsas es de difícil reciclaje, lo que dificulta su recuperación y multiplica sus efectos negativos ambientales: al generar altos niveles de basura dispersa, y multiplicar la pérdida de recursos naturales no reutilizables ya que al ser un modelo de bolsa de un solo uso, se desperdicia un gran nivel de recursos naturales.

El problema que generamos con el uso de este tipo de envases tiene consecuencias visibles tanto en acumulación de vertederos como en la llamada presencia de las “islas de plástico”. Es decir, un efecto de contaminación en el conjunto de las masas de agua y en el conjunto de los ecosistemas y acuíferos del territorio. 

La directiva no afecta a todo el tipo de bolsa que utilizamos habitualmente, solo aquellas que muestran un menor nivel de reciclaje y a la vez un mayor nivel de efecto en el  medio natural.

En concreto las bolsas objeto de legislación son las que cuentan con un espesor de menos de 50 micras («bolsas de plástico ligeras»).Los estados miembros pueden tomar medidas como la prohibición de producción de este tipo de bolsas o pueden tomar medidas de corte económico, como aplicar tasas. 

Esta aplicación de tasas es la elección de España, que en breve aplicará una tasa sobre las bolsas de menor  espesor.  La elección de España es exigir que el consumidor pague por este tipo de bolsas si decide usarlas. El objetivo es poder incentivar el uso de otros medios de transporte de la compra como puede ser usando bolsas de mayor gramaje, u otros medios, como carros de la compra o bolsas elaboradas a partir de plástico reciclado u otros materiales como papel y cartón. Es decir, con el mero cambio en nuestros hábitos de compra podemos ayudar de forma efectiva a reducir el impacto que causan estos materiales en el medio ambiente. 

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