Yago Fontán García-Boente es el director gerente de Construcciones Aeronáuticas (Coasa), compañía ubicada en el Parque Tecnológico.
Yago Fontán García-Boente es el director gerente de Construcciones Aeronáuticas (Coasa), compañía ubicada en el Parque Tecnológico. Sus comienzos fueron bajo tutela de Gamesa, pero desde el 2005 está integrado en el grupo vasco Aernnova, el principal proveedor español de componentes para la aviación. Los gigantes del sector como Airbus o la brasileña Embraer son las compañías cuyos aviones montan piezas hechas en Ourense. Innovación y competitividad son dos divisas que intuyen un futuro sólido de esta joven empresa.
¿Ourense sabe que hay una empresa aquí que hace componentes para aviones?
Desde que estoy en la gerencia me he preocupado de que eso sea así. Hay mucho de lo que sentirse orgulloso en Ourense porque este es un proyecto que se ha llevado a cabo por gente de Ourense, fundamentalmente. En ese sentido tengo la percepción de que en la calle cada vez más gente conoce Coasa. No al detalle o con la importancia que tiene dentro del sector en el que nos hemos ganado un nombre a nivel mundial, con proyectos muy complejos, pero sí creo que cada vez se conoce más.
¿Hay capacidad en Ourense para proporcionar técnicos a una empresa tan especializada?
Es una dificultad ya no solo a nivel de Ourense, sino de Galicia. Es muy complicado porque cuando tenemos procesos de selección para personal técnico, de ingeniería o de calidad, es difícil que la gente que incorporemos tenga conocimientos del sector, por eso nos basamos mucho en la formación interna, pero sí que tenemos el hándicap de que el sector aeronáutico está muy poco desarrollado y los profesionales se cuentan con los dedos de una mano.
¿Cuáles son los retos en este 2015 para mantener la actividad de años anteriores?
En el 2014 estuvimos trabajando en cuatro proyectos. Por un lado, dos que son la fabricación de elementos para un nuevo avión de Embraer, el constructor brasileño, el avión KC 390, concretamente los estabilizadores verticales y horizontales. Este proyecto ya lo empezamos en el 2013 y finalizará este año para pasar luego a la fabricación en serie y va a suponer una carga de trabajo importante, en torno a cinco aviones que tenemos que entregar. Esta es una actividad ya recurrente que da carga de trabajo a Coasa.
Por otro lado, durante el año pasado, Embraer nos ha confiado más elementos del mismo avión, nos hemos lanzado a la industrialización de nuevas piezas del estabilizador horizontal de este mismo avión. También tenemos un contrato directo con Airbus en Nantes para fabricación de los mamparos de presión de los motores del Airbus 350, que van en los motores y que requieren requisitos nuevos para Coasa y está suponiendo un reto técnico y tecnológico. Este mes entregaremos el primer avión serie y podremos comenzar a fabricar.
¿Cómo ha conseguido Coasa ser un proveedor directo de Airbus?
Coasa tiene la fortuna de estar englobado en Aernnova, el principal proveedor de aeronáutica de España. Esto nos facilita tratar directamente con los fabricantes. De otra manera sería imposible, seríamos proveedores de segundo nivel. El contacto directo con el cliente te garantiza el retorno directo de la calidad de tus productos y te da un prestigio importante. Es una satisfacción estar trabajando con Airbus, con Embraer, con Eurocopter y los gigantes del sector. Es complicado conseguir su confianza, de hecho en los catorce años que llevamos aquí, la mitad hemos estado trabajando en ganarnos esa confianza y eso se tarda mucho en ganar, pero se pierde muy rápido. Trabajamos para todos los aviones de Airbus excepto para el 380, también para su división militar, suministrando piezas para el 330 y Airbus Helicopter.
¿Puede Coasa diversificar, hacer piezas en composites para otros sectores como el automóvil?
Coasa está englobado en el núcleo de trabajo de Aernnova, que se dedica estrictamente a los composites. El mercado nos está demandando cada vez más los materiales avanzados en los aviones, con aleaciones de titanio y nuevos composites para los nuevos aviones. Por lo tanto, nuestra línea de negocio es esa. Bien es cierto que otros sectores se están fijando mucho en los composites, como es el caso de la automoción o la obra civil. En ese sentido, sí que estamos viendo acercamiento de otros sectores a estos materiales y no se descarta diversificar.
¿Está superada la crisis aeronáutica internacional que en el 2008 también afectó a Coasa?
Afortunadamente es así, pero seguro que llegará otra. Creo que para analizar el sector hay que tener claras tres perspectivas. La primera es la histórica de los últimos cuarenta años en donde hubo crisis muy puntuales y el sector ha mantenido un crecimiento constante en torno al 4%. El sector tiene una proyección para los próximos veinte años de un crecimiento similar. Por otro lado, la incorporación de nuevos materiales y los nuevos requisitos medioambientales, suponen retos nuevos para los aviones que afectan a toda la cadena de suministros y que abre expectativas de trabajo a muchas empresas.
La tercera perspectiva es la aparición de nuevas economías emergentes, con gran capacidad de compra de aviones, que están arrastrando a los fabricantes a fabricar en esos países de origen. Por lo tanto a nosotros se nos abre una competencia muy importante porque suelen tener esos países un apoyo institucional muy importante y una financiación extra con la que es muy difícil competir.
¿Se ha creado en Ourense un círculo de proveedores para trabajar con Coasa?
Sí. Nosotros llevamos trabajando mucho tiempo con Laddes Works, que sigue siendo un gran colaborador nuestro. Pero, no han surgido nuevas iniciativas y esperamos que se sumen al carro más empresas.
¿Necesita la empresa proveedores que no están en Ourense?
Siempre es interesante la cercanía porque aporta valor y conocimiento. Muchas empresas de aquí deberían romper ese miedo que impone el sector aeronáutico. Es necesario que surjan emprendedores que se acerquen a estos sectores, que son sectores de futuro.
¿Qué futuro tiene el consorcio de empresas gallegas del sector aeronáutico?
Durante los últimos diez años ha vivido en una especie de letargo con empresas que ciertamente tenían interés en lo aeronáutico y no eran visibles las actividades que se querían llevar a cabo. En los últimos años, un grupo de empresas tractoras entre las que estamos nosotros, hemos decidido dar un paso importante y formalizar la entidad jurídica del consorcio. De esta manera nos podemos presentar con personalidad propia ante las administraciones, demostrar que hay empresas capaces de abordar proyectos complejos y que de esa manera la administración se fije en nosotros y favorezca el caldo de cultivo para que otras empresas puedan unirse, que es muy particular y por eso las administraciones lo deben de entender.
Es un sector con cadencias de producción bajas e inversiones altas, con riesgos muy altos. En los países en los que la industria aeronáutica es muy importante hay un gobierno que les da financiación para que puedan competir en este mercado tan complejo. Si esto no sucede en Galicia no vamos a competir en igualdad de condiciones.
¿Pero podrá competir este consorcio por sí mismo algún día?
Creo que unimos fuerzas desde nuestra posición de empresa y lo que buscamos es que Galicia tenga un tejido empresarial aeronáutico importante que pueda asumir directamente proyectos complejos y para llegar ahí todavía nos falta mucho.
¿Hay Coasa para muchos años en Ourense?
Yo trabajo para eso. Espero que Coasa como mínimo esté otros quince o veinte años más y en esto busco la complicidad de la plantilla y del comité de empresa para que vean que este ha sido un proyecto muy complicado llevarlo hasta aquí y creo que entre todos tenemos que ser capaces de construir un futuro que nos permita que cuantas más familias vivan de esta empresa, mejor.
