El formador de “Finanzas para mortales” habló de los créditos bancarios y los distintos seguros
Con el título de "¿Y si tengo que pedir dinero al banco o hacer un seguro?", el formador de "Finanzas para mortales", Fernando Bolívar, ofreció en el Centro Cívico de A Ponte la última charla del ciclo de cuatro jornadas de educación financiera organizadas a través del Santander Financial Institute del Banco Santander y la Universidad de Cantabria en colaboración con el Concello de Ourense y La Región.
Bolívar habló en esta última sesión de los diversos créditos y préstamos que ofrece una entidad bancaria y de qué es lo que les pide a sus clientes para concedérselos: "En primer lugar, ver si los ingresos que el solicitante genera anualmente garantizan el reembolso del dinero prestado más los intereses y, en segundo lugar, la solvencia de ese cliente para abonar el dinero, en caso de no tenerlo, a través de sus bienes", explicó el ponente que, entre otras cosas, se detuvo en la figura del avalista -aquel que avala con su dinero o bienes la devolución del préstamo- y recomendó que "nunca se dé ese paso, salvo que sea tu hijo o una situación de extrema gravedad". Al hilo de esta afirmación puso el ejemplo de la mujer de más de 80 años de Vallecas que avaló ante un prestamista a su hijo, para que siguiera con su negocio, "y se quedó sin la casa".
También en relación con los créditos hipotecarios, Bolívar recordó que las denominadas cláusulas suelo "son abusivas y, por tanto, recomendaría a quien las tenga que las renegocie con su bancos".
Asimismo, dio a conocer otros productos como "la hipoteca inversa, en la que personas mayores de 65 años y con casa en propiedad llegan a un acuerdo con el banco para recibir una renta mientras vivan, a cambio de dar la casa al banco cuando fallezcan".
Otra de las ofertas bancarios sobre las que incidió fue la de los seguros, algunos, como el de incendio, obligatorios cuando firmas una hipoteca, "pero otros opcionales y no menos importantes, como el de vida, ya que aseguran, en caso de muerte o incapacidad del cónyuge o cónyuges que llevan el dinero a casa, que habrá un colchón de cuatro cinco años para la familia que queda detrás".
