La sanidad de las poblaciones rurales de la India hace dos décadas era muy diferente a la actual. Las condiciones precarias de antaño evolucionaron gracias al equipo de cooperantes de la Fundación Vicente Ferrer. De cero a tres hospitales en Anantapur que atienden diariamente a más de 2.000 personas. En el germen del proyecto sanitario de la India estuvo Ferrán Aguiló, urólogo de profesión que hizo las veces de médico de familia y atendió las necesidades de la población. Ya jubilado, es el coordinador del equipo de facultativos de los hospitales de la fundación en la India. Es el protagonista del Foro La Región de este jueves, a las 20,15 horas en el centro cultural Marcos Valcárcel. El título de la ponencia es "El proyecto sanitario en la Fundación Vicente Ferrer". Será presentado por la doctora Margarita Arandia, representante en Ourense de la fundación.
¿Cómo ha cambiado la sanidad en la India desde la llegada de la Fundación Vicente Ferrer?
Hace 23 años que voy por la India. En el 96, la sanidad india era un médico que iba allí y yo cuando podía ayudaba. Hemos pasado de eso a tener 62 médicos indios trabajando para la fundación y tres hospitales en funcionamiento. Actualmente, en dos hospitales hay servicio de ginecología y en cada uno se atienden 20 partos al mes. Ha sido un cambio espectacular.
¿Qué otras especialidades médicas hay en los hospitales?
Son cuatro: medicina general, cirugía, ginecología y pediatría. Dentro de la cirugía, traumatología. Trabajamos en hospitales rurales y no se pueden tener especialidades como endocrino o cirugía vascular. Trabajamos con las especialidades básicas.
¿A cuánta población se llega?
A casi cuatro millones de habitantes, unas 3.000 aldeas. Todo nuestro trabajo se realiza en zonas rurales. Tres distritos. Uno de ellos está en el bosque, alejado de todo.
¿Qué tipo de necesidades hay en la actualidad o cuáles son las enfermedades más comunes?
Ha habido un cambio a lo largo de estos años. Al principio predominaba la enfermedad aguda e infecciosa. Hoy de una apendicitis y una malaria no se muere nadie. Pero esta gente supera la enfermedad aguda, va teniendo sus años y aparecen las enfermedades crónicas. Tenemos gente que está padeciendo cáncer a los 45 años, algo que no teníamos mucho, por ejemplo. También aparecen problemas vasculares y broncopulmonares. Tenemos un programa importante, el del sida, que está reconocido por el gobierno indio.
¿Podríamos hacer más desde Occidente para contribuir a estas necesidades?
Con muy pocos recursos desde España, allí hacemos mucho. El apadrinamiento por ejemplo. Y ahora tenemos el programa "De mujer a mujer" para apoyarse entre una mujer española e india.
¿Qué le llevó a la India?
Siempre había estado por la idea de colaborar en el tercer mundo. Estuve a punto de ir a Bosnia pero no salió bien porque trabajaba en el hospital y no podía pedir permisos argos. Contacté con Vicente Ferrer y me animó a ir el tiempo que quisiese. Puede pasar que llegues, veas la situación y te enganche. Y a mi me enganchó.
