Manuel-Reyes Mate: "El objetivo de la memoria es dar voz a las víctimas para que no haya más”

Manuel-Reyes Mate, ponente del Foro La Región de este jueves.
photo_camera Manuel-Reyes Mate, ponente del Foro La Región de este jueves.
El filósofo, ensayista y Premio Nacional de Literatura protagoniza el Foro La Región del próximo jueves 21 de abril. Lo acogerá el Centro Cultural Marcos Valcárcel a las 20,30 horas.

La memoria es un concepto que ya trataba Aristóteles y que tiene muchas más significaciones que la función cerebral. Manuel-Reyes Mate analizará en el Foro La Región el papel que juega la memoria en nuestra historia y en la sociedad.

La memoria es uno de los pilares de su filosofía. ¿Qué es para usted la memoria?

Es un concepto polisémico. Digamos que es un concepto muy antiguo y ha ido cogiendo significaciones a lo largo del tiempo y creciendo en significación hasta llegar al día de hoy, cuando es la forma de llamar a una razón que tenga sentido del tiempo, que no sea abstracta.

¿Entonces es una forma de ordenar acontecimientos?

No. Durante mucho tiempo se pensó que se podía hacer política, ética, ciencia, derecho, religión… sin tener en cuenta el tiempo, solamente pensando en conceptos eternos. Además, mejores serían las definiciones cuanto más aguantasen el paso del tiempo. Sin embargo, hoy pensamos que estas cuestiones deben tener en cuenta el factor tiempo para poder ser entendido de forma correcta.

¿Qué significa la memoria?

No solo pasado, si no que también es experta en ver el lado oculto de la realidad. Es una doble dimensión. Damos mucha importancia al progreso porque pensamos que supone un avance sobre el momento anterior. Pero para que haya futuro tenemos que tener en cuenta el pasado para que no sea una prolongación del presente. Un ejemplo: si queremos que el futuro sea mejor que el presente no podemos hacer las cosas como las hemos hecho hasta ahora. Y para cambiar eso hay que tener en cuenta a todas las víctimas sobre las que se ha construido el progreso. Esa es la clave.

¿Y qué debemos cambiar en nuestra forma de vivir?

Hasta ahora no hemos dado importancia a las víctimas ni a su sufrimiento porque pensábamos que era el coste natural del progreso. Pero las víctimas no son el coste del progreso, tienen significación propia, y solo atendiendo a sus preguntas podremos lograr que el futuro no sea más de lo mismo.

¿Es una forma de descubrir la realidad de las víctimas?

La memoria es el abogado de las víctimas.

¿Aprender de nuestro pasado para construir un futuro mejor?

Claro. Siempre hemos pensado que si queríamos paz había que olvidar, pero así no se tiene en cuenta a las víctimas. Cambiábamos olvido por paz, invisibilizando a los vencidos, y no podemos permitirnos eso. Tenemos que tener en cuenta su dolor para no construir el futuro sobre nuevas víctimas.

¿Puede ayudar a cerrar heridas del pasado?

La memoria ha abierto muchas heridas, pero el olvido lo que hace es desinteresarse. Pero aunque las abra, es el punto de partida para que cicatricen y evitemos otras nuevas. El objetivo y el poder curativo de la memoria no es solo la justicia del pasado, sino el no repetir más la barbarie. Su espíritu es la reconciliación y el perdón.

¿Cuándo cambia de significado la memoria?

En la II Guerra Mundial. A partir de ese momento, la memora deja de ser utilizada para reavivar conflictos y sinónimo de odio para convertirse en un interruptor del pasado y no repetir estas barbaries.

Siempre hay un bando que escribe la historia. En aras de este espíritu de reconciliación, ¿es lícito reescribir la historia?

En la historia hay pluralidad de discursos porque los historiadores consultan diferentes fuentes. Si se tiene en cuenta las vivencias subjetivas, también hay pluralidad de versiones. Y eso es comprensible. Pero, no puede haber varios discursos en una lectura moral del pasado. Por ejemplo, en el País Vasco o en la Alemania nazi hay un punto que no es negociable en el relato: matar a alguien para defender una idea no es defender una idea, sino cometer un crimen. La lectura del pasado que exhibe la memoria -esto es, el uso político de la violencia- no es discutible.

¿Cuál es la diferencia entre la historia y la memoria?

Que la primera cuenta hechos, mientras que la segunda hace un juicio moral del pasado. Ese juicio moral es la respuesta a la pregunta de la víctima. El fin último de la memoria, a diferencia de la historia, es no volver a utilizar la violencia como forma política.

¿Qué opinión le merece la Ley de Memoria Democrática?

Creo que tanto la ley de 2007 como la actual son convenientes. La primera porque por primera vez se atendía las demandas de las víctimas republicanas, aunque se quedó a medio camino. En primer lugar, porque no se asumió el deber de exhumar por parte del Estado. Otra insuficiencia fue que no declaró ilegales los juicios sumarísimos del franquismo, los calificó de inmorales. Estas fallas están atendidas ahora por la nueva ley, que arranca condenando contundentemente el franquismo y la dictadura. Pero creo que esta ley tiene una carencia muy importante: está demasiado enfocada en paliar los daños de las víctimas, que aunque está muy bien, se olvida del objetivo de la memoria, que es mirar al futuro para que el pasado no se repita.

Te puede interesar