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Marcelino Oreja: "La reconciliación fue la única obsesión en la Transición"

Manuel Baltar, que presentó al invitado de La Región, atiende las palabras de Marcelino Oreja (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Manuel Baltar, que presentó al invitado de La Región, atiende las palabras de Marcelino Oreja (XESÚS FARIÑAS).

El ministro de Exteriores de Adolfo Suárez apela al "consenso" de una etapa que cumplió el objetivo de traer "libertad"

El ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno de Adolfo Suárez, Marcelino Oreja, ensalzó este viernes la capacidad de "consenso" generada durante la Transición, una etapa en la que "sabíamos a dónde queríamos llegar, pero no cuál era el camino", que salió adelante por una "unión de voluntades", algo que echa en falta en la política actual. "La reconciliación fue el motor y meta de la Transición, fue nuestra única obsesión", dijo Oreja en el Foro La Región, celebrado en la Sala Afundación, en el que recordó que "la concordia nunca tiene una alternativa feliz". 

Oreja cree que se habla de una Transición "conocida" a partir de 1976 pero que ya se habían dado "pasos previos"a finales de los 50 y en los 60. "No era un régimen democrático, pero hubo avances, como la apertura de relaciones con las comunidades europeas o la Santa Sede". 

Oreja ensalzó la figura del rey Juan Carlos, Torcuato Fernández Miranda y Adolfo Suárez, los tres que dieron "el impulso" a esta primera etapa democrática. Recordó el nombramiento de Adolfo Suárez,  una "gran sorpresa para muchísimos". Cuando recibió la llamada del entonces nuevo presidente para asumir la cartera de Asuntos Exteriores: "Le pregunté: quiénes van y a dónde vamos. Y me dijo: van tus amigos y vamos hacia una democracia plena". Oreja reconoció que era entrar "hacia lo desconocido", pero que salió bien porque Suárez "lo tenía claro y no tenía ninguna duda. No hubo lugar a la improvisación, Tenía olfato". En ese sentido, definió la Transición como una mezcla de la "osadía" del presidente "y la cabeza fría y seria" de Fernández Miranda. El éxito se basó en hacer sacrificios. "Muchos  procuradores votaron la Ley de Reforma Política,  aun sabiendo que era su final". De ahí, que Oreja ensalzase la capacidad de aquel gobierno de Suárez para aglutinar voluntades. "Lo que la gente quería era libertad y amnistía, por lo que el objetivo fue, parafraseando a Suárez, hacer normativo lo normal".

 También hubo obstáculos, como el acoso del terrorismo, especialmente de ETA, que hizo "un gran daño", con 152 asesinados en apenas unos meses: "Nos tocó luchar contra el terrorismo en una dolorosa soledad", especialmente por el "silencio" que existía entonces en el País Vasco sobre el asunto, y la "falta de cooperación internacional, especialmente de Francia".

En respuesta a cuestiones planteadas por los asistentes, Marcelino Oreja habló  de la caída de la Unión de Centro Democrático (UCD), "un pequeño partido que tuvo un gran sentido y cumplió su papel, pero que fracasó cuando ya no tenía lugar"; las autonomías, que defendió como "lo que votó en aquel momento el Congreso"; o los políticos presos de Cataluña, "que cometieron delitos muy graves y han de estar en la cárcel mucho tiempo".  


Viaje a Argentina, Europa y OTAN, momentos claves


MarcelinoOreja relató, desde su experiencia , las relaciones internacionales en plena Transición, destacando la figura del rey: "Su discurso en Estados Unidos fue recibido con un gran entusiasmo en el foro democrático más importante del mundo", dijo. También destacó los viajes con el monarca a Sudamérica, y especialmente el de Argentina: "Estaba Videla, un personaje siniestro. El rey dio un discurso medido, en el  que dijo lo que tenía que decir, con una defensa valiente  de los Derechos Humanos". En cuanto a su propio papel, recordó que el primer reto fue arreglar  las relaciones con la Iglesia con  la firma de un acuerdo con el Vaticano. Incluso citó  las negociaciones con el PSOE o el PCE, y ejemplificó el consenso en las palabras de Santiago Carrillo: "Me dijo que votaría a favor del acuerdo con la Iglesia, pero que lo hizo en contra porque ya tenía votos suficientes". También destacó las largas negociaciones para entrar en la Comunidad Europea, "sobre todo por las dificultades que puso Francia", o la entrada en la OTAN: "Fue lo único en lo que discrepé con Suárez, él no estaba a favor, y nunca entendí por qué". 

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