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"En la novela, ETA acaba viendo su reflejo: un fanatismo sin sentido"

El escritor de "Una tumba en el aire", Adolfo García Ortega.
photo_camera El escritor de "Una tumba en el aire", Adolfo García Ortega.
Adolfo García Ortega presenta su nuevo libro en el Foro La Región de esta tarde

Adolfo García Ortega es el invitado de hoy al Foro de La Región (a las 20:15 horas en el centro cultural Marcos Valcárcel). El escritor visita por primera vez Ourense para hablar de su novela "Una tumba en el aire", en la que relata la historia de tres jóvenes gallegos que, de camino a cruzar la frontera francesa para ver "El último tango en París", fueron asesinados por ETA en 1973, aparentemente al ser confundidos con policías. García Ortega ofrece un relato de ficción cargado de realidad para recuperar la memoria de los tres jóvenes todavía desaparecidos.

¿Por qué decide contar la historia de estos tres coruñeses?

La historia me llegó y es como todo en la literatura, uno está siempre buscando historias que puedan tener algún sentido para los demás, y que sean atractivas para la gente. Por otro lado, siempre he tenido cierta debilidad por las historias en las que la inocencia está de alguna manera afectada por el poder o por la injusticia. Descubrí que de alguna manera ETA, con este caso, acaba viendo el reflejo de lo que es ETA, un fanatismo sin ningún sentido.

No es la primera vez que escribe sobre atentados, tiene un libro sobre el 11-M, y también trató otros conflictos como la Guerra de Bosnia o el Holocausto, ¿Por qué elige a menudo estos relatos de violencia?

Además de mi interés por la dicotomía entre la inocencia y la injusticia, son historias de los tiempos que corren, y uno debe hablar de su contemporaneidad y dejarlo escrito de modo que tenga un sentido un poco mítico. La literatura  y el mito es lo que la gente recuerda y, aunque la gente conoce y tiene información, hay una serie de elementos crueles que dibujan al ser humano y es conveniente que los escritores sigamos recordándoselos al público.

Su libro tiene el estilo de una novela documental, como lo haría Walsh o Capote...

Sí, me siento identificado. La historia corresponde a una investigación personal, que me llevó bastante lejos para descubrir la verdad de lo que le pasó a estos tres jóvenes que nunca han aparecido, y todos estos aspectos comparten características con "A sangre fría", que efectivamente se toma muchas licencias de ficción. Más modestamente, en mi novela hay una manera de que el lector entre y dialogue con los personajes. Yo con esta historia quise reivindicar que los jóvenes no queden en el olvido, y la única recompensa que tengo como escritor es la sensación de que al final el lector también encuentra esa restitución.

¿Cómo fue el proceso de documentación para la novela?

Fue muy complejo. Primero me acerqué a las familias, que colaboraron en el proyecto. Por otra parte investigué preguntando a periodistas que me pudieron llevar a descubrir personas que estaban trabajando en esa época en Francia, las policías francesas, todas ellas me llevaron a poder construir el mapa de los hechos  de una manera novedosa. La lógica me acabó llevando a una interpretación clave, y es que no fueron tres etarras borrachos que confunden a los chicos con policías, sino que la responsabilidad es de la cúpula de ETA de entonces, plenamente consciente.

El conflicto con ETA no está demasiado recogido en los libros de historia escolares, ¿Qué supone esto?

Si los políticos intervienen para modificar los libros de texto, los jóvenes tendrán una información deformada, que es lo que yo voy percibiendo en el País Vasco. Mientras no resolvamos los problemas de la Guerra Civil, y aceptemos que tiene que haber una memoria objetiva histórica, los libros de texto seguirán siendo incompletos y deformadores. n

DÓNDE: Centro Marcos Valcárcel

CUÁNDO: Hoy, 20,15

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