"La banda terrorista ETA siempre tuvo una forma peculiar de negociar con el Gobierno: 'Dame todo". "ETA tiene sus propias fosas comunes que nadie abre" y "si no hubiera sido por la colaboración de Francia hoy no estaríamos aquí". Estas son algunas frases que pronunció ayer el coronel de la Guardia Civil y ex jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) del Instituto Armado Manuel Sánchez Corbí, durante su conferencia en el Foro La Región bajó el nombre de "Cinco décadas para derrotar a ETA".
Sánchez Corbí combatió durante más de un cuarto de siglo a la banda terrorista. Este jueves se desplazó a Ourense como escritor de los libros "Historias de un desafío" y "Sangre sudor y paz", en los que se recoge la actividad terrorista de la banda. "ETA es una página de la historia de España que hay que contar y que cada uno la interprete. La batalla contra la banda la ganó toda la sociedad" explicó ante un salón del centro cultural Marcos Valcárcel abarrotado de público. Y comenzó su relato en el País Vasco de los años 50 cuando el dictador Francisco Franco comenzó a desarrollar industrias en las tres provincias vascas. "Nació la banda, un grupo de gente preparada intelectualmente que pretendía acabar con el franquismo, pero a la larga se demostró que ese no era su objetivo, era la independencia", apuntó.
El primer muerto, según dijo fue un guardia civil gallego, de Malpica, en el año 68. "ETA escogió a la Guardia Civil como enemigo preferido", aseguró, recalcando que "nuestro mérito -en relación al Instituto Armado- fue trabajar, dedicarnos en cuerpo y alma a combatirla porque nos iba la vida. Los dos últimos muertos también fueron guardias civiles".
El coronel hizo un recorrido por la actividad de la banda -hubo años con más de 100 muertos-, pasando por la amnistía que le concedió el Gobierno de Adolfo Suárez y las diferentes estrategias que puso en marcha. "La nuestra era que no supieran cómo llegamos a ellos para detenerlos".
A Miguel Blanco lo mataron por liberar a Ortega Lara
Manuel Sánchez Corbí recordó las distintas etapas que vivieron las víctimas. "Tras la amnistía del Gobierno de Suárez había muchos terroristas en la calle y no podíamos hacer otra cosa que enterrar los cadáveres y esperar a ver quién era el próximo", explicó.
A su entender, la situación comenzó a cambiar a partir de los años ochenta cuando el Estado reaccionó e empezó a combatir la banda armada.
En el año 87 y el nacimiento de los GAL -estos atentaron en territorio francés- "se sumó a la lucha Francia. Si no es por su ayuda hoy no estaríamos aquí", recordó.
A principios de los años noventa, con la organización de la Expo de Sevilla y las Olimpiada de Barcelona, la banda endureció su postura para hacerse fuerte ante al Gobierno y comenzó a atentar contra cuarteles de la Guardia Civil. Más tarde y ante la falta de resultados, eligieron como víctimas a políticos, poniendo en marcha una nueva estrategia, la extorsión y el secuestro. "A Ortega Lara lo tuvieron 532 días en un agujero. Su liberación les hizo mucho daño y mataron a Miguel Ángel Blanco por venganza".
