La psicóloga presentó en el Foro La Región su libro "Queremos hijos felices", con las claves para una correcta educación
La psicóloga y escritora Silvia Álava presentó, en el marco del Foro La Región, su libro "Queremos hijos felices", una obra en la que recoge todas las claves necesarias para educar a los vástagos de modo sencillo y, sobre todo, efectivo, para que crezcan felices.
Presentada por la psicóloga y coach ourensana Olalla A. Arcos, quien detalló que "la sobreprotección no genera niños más felices" y señaló que este libro ayuda a "evitar un desastre emocional innecesario" en los niños, Silvia Álava explicó a los asistentes que la actividad emocional juega un importante papel en la felicidad, mucho más que la genética o las circunstancias.
La psicóloga comentó que los padres que dan todo hecho a sus hijos "impiden que se desarrollen correctamente", y apuntó, poniendo el ejemplo de Rafa Nadal, que la sobreprotección es un obstáculo para que los niños aprendan. "La voluntad se educa", dijo, parafraseando a Toni Nadal, tío del tenista.
A la hora de afrontar los problemas, Álava recomienda "escuchar cuál es el problema de boca del niño, y mirarle a los ojos", para a partir de ahí guiarlo y alentarlo para que aprenda a resolverlo. "Deben aprender a esforzarse, porque a la primera, las cosas no salen", afirmó la ponente. También aconsejó no dar al niño todo lo que éste pide, porque "lo que aporta felicidad es lo que se obtiene fruto del trabajo".
Para guiar a los niños, explicó, lo importante es crear unas normas y límites. Éstos, dijo, "les van dar seguridad y confianza, y les van a ayudar a tener un mayor autocontrol".
Silvia Álava aludió a la actitud ejemplar de los padres en una etapa en la que el niño aprende por imitación. "De nada vale decir a tus hijos lo que tienen que hacer si luego tú no lo haces", apuntó, y recomendó la compensación como clave para hacer saber al niño que está obrando como debe: más atención e interés si obedece, y menos, si desobedece.
Por último, aludiendo a los valores a transmitir a los hijos, que consideró fundamentales, Álava citó como virtudes a inculcar "la humildad, el compromiso, la gratitud, la amistad, la lealtad, la honestidad, la paciencia, el esfuerzo, la responsabilidad y la compasión".
