En el año 2011 la vida de Raquel Alonso (Madrid, 1970) cambió radicalmente. Su marido, el marroquí Nabil Benazzou, con quien llevaba 20 años casada, comenzó a visitar el templo musulmán de la M-30, donde fue captado por una célula yihadista. La música y el alcohol desaparecieron de su hogar, y el terror se instauró en el ambiente, tanto para Alonso como para sus dos hijos menores. "Fue una tortura", asegura la madrileña, que en la tarde de este jueves será la protagonista del Foro La Región, junto con el magistrado ourensano de la Audiencia Nacional José Luis Castro (Ourense, 1964). La cita arranca a las 20,15 horas de este jueves en el Marcos Valcárcel.
Ambos ponentes, introducidos por el presidente de la Audiencia Provincial, Antonio Piña, hablarán sobre la captación yihadista en adultos y menores, pero también sobre la afectación en el entorno más cercano de los radicales. "Hay un profundo desconocimiento de la realidad por la que pasan las personas más próximas, que el Estado abandona de alguna forma", explica el magistrado José Luis Castro.
Alonso desgranará los detalles de su historia, una radicalización que la salpicó tanto a ella como a sus dos hijos recibieron adoctrinamiento de su padre: "Un día llegué a casa y me encontré a mi hijo mayor descompuesto. Me contó, después de insistirle varias veces, que Nabil le había puesto vídeos de decapitaciones a infieles". Durante 4 años, soportó la situación bajo constantes amenazas por parte de su entonces marido: "Me decía que si le contaba a la policía lo que pasaba a mis hijos les podría pasar cualquier cosa. Aguanté por ellos, como haría cualquier madre". Simuló su conversión a la religión musulmana, dejó de trabajar y cambió sus hábitos. En 2014, los geos echaron la puerta abajo y se llevaron a Nabil, que sigue en prisión.
“Tenemos que formarnos"
José Luis Castro, magistrado titular del Juzgado Central de Menores y Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, asegura que no existe un perfil determinado de jóvenes que se suman a la causa yihadista en España, pero comparten características. "Suelen ser emigrantes de segunda generación que en principio están plenamente integrados, pero de repente algo se rompe en su cabeza", desgrana el ourensano.
Cuando Castro entró en la Audiencia, en 2004, necesitó formarse sobre terrorismo. "Me pagué un máster especializado en el tema porque los jueces no tenemos formación especializada, no disponemos de una visión general para poder resolver casos concretos", asegura. Por ello, defiende que es necesario que los distintos profesionales se formen en yihadismo, una visión que comparte Raquel Alonso: "Esta lucha es de todos, y puede tocarnos a cualquiera".
Papel activo en la sociedad
Raquel Alonso y José Luis Castro trabajan codo con codo para informar sobre yihadismo a la sociedad, desde que la madrileña se puso en contacto con el magistrado para pedirle ayuda. Alonso pasó de su papel pasivo a tener un papel activo en la sociedad: creó la asociación contra el radicalismo y ayuda a víctimas indirectas (Acreavi), escribió el libro "Casada con el enemigo", en el que cuenta su historia, y actualmente está preparando un máster universitario en Salamanca sobre el tema. "Las víctimas indirectas podemos ser agentes activos, tenemos mucha información", asegura.
