42 años de la tragedia del Órbigo: el accidente que hizo estremecer a Vigo

photo_camera Imagen de las tareas de rescate procedente del archivo de EFE.
40 niños y cuatro adultos fallecieron tras caer al río el autobús en el que viajaban

El 10 de abril es un día marcado en el imaginario colectivo de muchos vigueses. Y es así desde 1979. En esa fecha de infausto recuerdo se produjo la tragedia del Órbigo. Las aguas de ese río se tragaron un autobús con medio centenar de personas a bordo, procedente de una excursión del colegio Vista Alegre vigués. La consecuencia, la muerte de 40 niños de 12 y 13 años y cuatro adultos (tres profesores y el conductor). Se salvaron ocho escolares y un soldado que habían recogido de camino a Vigo.

El autocar fue localizado a 60 metros de donde cayó, los cuerpos tardaron en algunos casos días en hallarlos. El número de víctimas podía haber sido mayor si no hubiera acudido al rescate de forma inmediata un grupo de vecinos que se encontraba en un bar cercano.

Consternados por lo ocurrido, los vecinos de este municipio próximo a Benavente, que entonces tenía poco más de 1.300 habitantes, no dudaron en ofrecer sus casas para acoger a los familiares de los fallecidos que se desplazaron al pueblo, a la espera de recuperar los cadáveres de sus seres queridos. Las labores de rescate se prolongaron durante cerca de un mes y medio.

Sobre las circunstancias del accidente ocurrido en la carretera Comarcal 650 (hoy denominada Nacional 525), que era la principal vía de comunicación entre Madrid y Vigo, muchos mencionan la pronunciada curva que entonces existía a la entrada del puente por el que se precipitó el autobús al río Órbigo.

Los escolares fallecidos, alumnos del colegio Vista Alegre de Vigo en entre doce y catorce años, regresaban a su ciudad tras una excursión de fin de curso en la que habían conocido Toledo y Madrid. El viaje tuvo un trágico final que se recuerda cuarenta y dos años después y a cuya magnitud contribuyó la crecida del río Órbigo en aquella fecha.

Después llegó el turno de llorar a las víctimas. Miles de personas se congregaron en un silencioso como nunca Estadio de Balaídos para honrar a los fallecidos. Muchos, en Vigo, todavía lo recuerdan. Días de luto.

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