El acusado de la muerte de Agueda González se enfrenta a una pena de 20 años de cárcel

Agentes de la Guardia Civil mantienen acordonada la zona forestal próxima a Baiona donde anoche fue hallado el cadáver de Águeda
El fiscal pide una indemnización de 150.000 euros para cada uno de los progenitores de la joven y 100.000 euros para su único hermano
Francisco Javier R.B., de 31 años de edad, acusado de ser el presunto autor de la muerte de la joven de Baiona (Pontevedra) Agueda González, se enfrenta a una petición de pena de hasta 20 años de prisión por un delito de asesinato, en el juicio con jurado que comenzará el lunes en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra en Vigo.

El fiscal solicita para Francisco Javier R.B. una pena de 20 años de prisión, al igual que la acusación particular, por el delito de asesinato con alevosía, y con el agravante de que el lugar en que se produjeron los hechos ‘debilita la defensa del ofendido o facilita la impunidad del delincuente’. Asimismo, pide una indemnización de 150.000 euros para cada uno de los progenitores de Agueda, y 100.000 euros para su único hermano.

La fiscal relata, en sus conclusiones presentadas ante el juzgado de instrucción, que el acusado se citó el 11 de enero de 2006 con la víctima, a la que conocía de vista porque era una de las mejores amigas de su hermana, y tras ‘engañarla con una excusa falsa’, la llevó en su coche hasta una zona forestal conocida como Chan da Lagoa, aislada y sin viviendas en las inmediaciones, ya que tenía un ‘plan previamente concebido’ para ‘acabar con la vida de Agueda’.

Allí, usó unos guantes de látex que había comprado una semana antes y, con un cuchillo de sierra de 11 centímetros (que no ha sido localizado), asestó cinco puñaladas a la chica, una de las cuales le afectó al corazón. La chica intentó defenderse y repeler el ataque, pero no pudo hacer nada ni recibir auxilio al encontrarse en un lugar ‘apartado y despoblado’.

OCULTO EL CUERPO.


A continuación, siempre según el relato de la Fiscalía, el acusado quitó los zapatos y los pantalones a la chica, y arrastró su cuerpo hasta una cavidad de roca natural, donde lo ocultó; también escondió la cartera y la funda del teléfono móvil de la joven bajo otra roca.

El cuerpo fue encontrado una semana después de la desaparición de la joven, cuando la Guardia Civil detuvo al acusado tras rastrear las llamadas del móvil, y fue él mismo quien confesó dónde había escondido el cadáver.

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