GALICIA

Cinco años de juicios ventilan el mayor fraude fiscal de Vigo

El último juicio de la macrocausa finalizó esta semana.
photo_camera El último juicio de la macrocausa finalizó esta semana.

La última pieza de la causa de Las 5 Jotas que destapó la mala praxis bancaria cierra el caso

 

El que ha sido hasta la fecha el mayor fraude fiscal mediante facturas falsas destapado en Vigo y Galicia  ha tardado cinco años en dirimirse judicialmente. La última vista finalizó esta semana con una pieza derivada de esta causa y que destapó la connivencia de algunas entidades en el favorecimiento de este fraude. El reconocimiento de dichas irregularidades bancarias por cinco de los once empleados que se sentaron en el banquillo permiten corroborar que existió mala praxis tal y como aseguraba el dueño de

Las 5 Jotas, José Manuel Costas, quien, junto con su hermano son los únicos que hasta el momento se encuentran en prisión por esta macrocausa. El resto de empresarios que se sentaron en el banquillo a lo largo de estos años eludieron la prisión a excepción del administrador de Darzal que llegó a estar en A Lama, de forma preventiva, tras ser condenado en primera instancia a 26 años si bien quedó en libertad y está aún a la espera de  recurso.

La macrocausa llegó a los juzgados casi por casualidad, cuando Educación decidió denegar la beca  al hijo de un ciudadano rumano con escasos ingresos. Ahí fue donde se enteró que tenía una cuenta a su nombre en la que se habían movido hasta 300.000 euros. Su sorpresa e indignación dio paso a una denuncia que destapó que como él había otros muchos que habían trabajado para Las 5 Jotas y sin su consentimiento y a su nombre se habían realizado movimientos millonarios de los que no tenían conocimiento.

Hacienda descubrió un mecanismo mediante el cual cerca de un centenar de empresas, entre ellas algunas de las constructoras más importantes, emitían facturas falsas mediante Las 5 Jotas para eludir el pago del IVA. El dueño de esta empresa contó que lo hacía para conseguir trabajos y llegó a implicar a políticos en esta trama, si bien nunca se llegó a investigar este asunto por falta de pruebas.

El segundo empeño de Costas era poner la mirada en las entidades bancarias. Aseguró que le permitían abrir las cuentas a nombre de otras personas, ingresar cheques y pagarés firmados por autónomos suyos y retirar grandes cantidades de dinero en efectivo, sin poner ningún impedimento. Tras años de instrucción, y el empeño de su primer abogado, que falleció a lo largo de la causa, el juzgado abrió una pieza separada para investigar el papel de las entidades.

Esta semana, once subdirectores, directores e interventores se sentaban en el banquillo. Cinco asumieron los hechos, cuatro fueron exculpados y dos negaron los hechos y están a la espera de sentencia, la que será la última de esta trama.

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