TRIBUNALES

Los ciclistas del atropello múltiple de A Guarda exigen al conductor que "pida perdón"

Los ciclistas arrollados ante el monumento. Javier Lago está tocando la cruz.
photo_camera Los ciclistas arrollados ante el monumento. Javier Lago está tocando la cruz.
La sentencia condenatoria al hombre que atropelló al grupo "es una reparación moral"

La sentencia por la que Manuel Benito A.L., ahora de 91 años, ha sido condenado a cuatro años de cárcel por el atropello en marzo de 2016 a un grupo de ciclistas en la carretera Vigo-A Guarda con el resultado de dos homicidios imprudentes graves y otros ocho de lesiones fue recibida como una victoria por los afectados. Que, según reconocían ayer, ahora buscan pasar página definitivamente, aunque a todos les han quedado secuelas físicas o psíquicas. Como explica Javier González Lago, "la sentencia nos parece bien, no porque tenga que ir o no a la cárcel, sino porque se reconozca que no fue culpa nuestra, porque todo el mundo dice que los ciclistas van mal por la carretera, pero nosotros íbamos muy bien. Que vaya a la cárcel no soluciona nada ni trae a los dos fallecidos pero vale como escarmiento. Si de nos llama y pide perdón se lo cambiamos", explica. Esto en el ámbito penal, ya que la mayoría de víctimas y  familias de los fallecidos ya fueron indemnizadas por la compañía de seguros. 

Según la sentencia del Juzgado Penal 3 de Pontevedra adelantada por Atlántico, al acusado le han sido impuestas la pena de prisión y la prohibición de conducir vehículos durante seis años. El tribunal también impuso el abono de una indemnización de 4.400 euros para uno de los afectados, además del pago de 1,8 millones de euros para el exvicerrector José Antonio Vilán. Este último sufre una incapacidad permanente absoluta y precisa de la ayuda de otra persona

"Más que para nosotros, esta sentencia es lo mejor para la familia de Diego y Ñito (los dos ciclistas  fallecidos). Nosotros ya tenemos una vida normal pero para ellos supongo que sí será un respiro", explica González Lago, quien reconoce que el tiempo pasado, cuatro años, ha sido excesivo, pero apunta a que da la impresión de que la juez se lo tomó muy en serio. "Con ganas de dejar claro que la culpa no había sido nuestra, parece una sentencia dictada por un ciclistas, dándonos la razón. Incluso la manera de hablar deja bien claro que nos defiende", señala.
En cuanto a las secuelas, reconoce que les quedan a todos. "A algunos las físicas, que se ven más, una oreja a Jorge, o Vilán, o Fernando con las chapas en la espalda, yo tengo tornillos en el brazo y en el hombro y un dedo, pero es lo de menos. Es como si hubiera tenido un accidente de coche".

Insiste en que para el grupo lo importante era la "reparación moral", "que quedara claro que íbamos circulando perfectamente y que él no nos vio o no nos quiso o pudo ver. Éramos 14, 12 íbamos en paralelo y dos más atrás".

Con todo, aseguró que no van a cambiar la vida y seguirán con la bici. "Ya me daba miedo antes, no hay respeto por los peatones ni por los ciclistas, la conducción es muy agresiva en Galicia, se conduce mal y rápido, y llueve y es oscuro. Es una cuestión de educación".

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